No es la primera vez que debo
recodarles a los desinformados que tengo más que asumida la
posición de este periódico. Y que me une una buena relación
con su editor. De no ser así, créanme que no estaría ni un
minuto más escribiendo en esta contraportada.
No es la primera vez, pues, que necesito decirles a los
cortos de entendederas que jamás escribo al dictado de
nadie. Pero que nunca he dudado en emprender desde aquí la
defensa del medio contra cualquiera que haya osado
ningunearlo porque sí.
Cuando ello ha ocurrido, que no han sido pocas veces, antes
de que nadie me dijera nada, me he bastado y me he sobrado
para combatir desde este ‘oasis’ el menosprecio a que
hubiera sido sometido el periódico. En la defensa iban
incluidos quienes formaban parte de él. Lo cual, dada mi
experiencia, adquirida durante muchos años trabajando en
redacciones, me ha enseñado que esa actitud no está ni
pagada ni mucho menos agradecida. Y hasta me atrevo a decir
que más veces de las debidas acaba convirtiéndose en bumerán
que uno debe esquivar si no quiere quedarse en el sitio.
A Salvador de la Encina se le viene tratando en este
medio con una corrección exquisita. Nuestras páginas han
estado en todo momento dispuestas a recoger sus palabras.
Tampoco hemos escurrido el bulto a la hora de informar de
cuanto ha venido sucediendo en el PSOE -de Ceuta- desde que
un buen día dimitió la secretaria general, Antonia María
Palomo. Hecho que propició la llegada del diputado
revestido de poderes para refundar el partido.
Los socialistas saben perfectamente que ‘El Pueblo de Ceuta’
jamás se ha salido de madre en sus críticas ni siquiera
cuando ellos estaban sometidos a los disparos de los
francotiradores conocidos. Es más, si alguien dijera lo
contrario estaría dispuesto a demostrarles que aun les dimos
cobijo a muchas actuaciones suyas, que en otros medios
estaban siendo criticadas con acritud y si me apuran con
ensañamiento.
Pero además, y es conveniente recordarlo, quien escribe
podría haber convertido en rencor las ofensas recibidas por
parte de los muchos socialistas que acompañaron a Antonia
María Palomo -entonces candidata a la presidencia de la
Ciudad- a una entrevista programada por RTVCE, al
preguntarle por qué motivo no había anunciado su candidatura
en este periódico y sí en todos los demás medios.
No obstante, jamás se me pasó por la imaginación obrar con
semejante ruindad. Y, después de aquel grotesco
comportamiento que tuvieron muchos socialistas conmigo, no
le negué el halago a la dimisión de Antonia María. Ayer, por
poner el ejemplo más reciente, la nombré para destacar sus
silencios y de paso valorar el saber estar, en todo momento,
de Sergio Moreno y la labor de un delegado del
Gobierno que está dando pruebas de merecerse los elogios.
Mas lo que no voy a pasar por alto es el trato que le viene
dando De la Encina a Gonzalo Testa, subdirector de
esta Casa, porque Salvador crea que tiene predilección por
los críticos del partido socialista de Ceuta. No es el caso.
Pero si así fuera, repito que no lo es, tampoco sería motivo
para eludir sus llamadas y por tanto negarle la información
que se le requiere por ser la persona que está al frente de
la ya reseñada refundación. Y, desde luego, ‘El Pueblo de
Ceuta’ no merece semejante trato.
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