Vivo momentos cumbre de las
crisis. Crisis en plural porque no sólo de crisis económica
estamos. Crisis de sociedad, donde unos energúmenos se
dedican a tirotear a la gente y otros hacen tejemanejes
domésticos que terminan en tremendas explosiones.
Escribiré un poco de la explosión de gas que reventó las
fachadas de viviendas sociales en la población barcelonesa
de Gavá, cerca de Sant Boi de Llobregat donde residen muchos
ceutíes.
Esas viviendas, ubicadas en el extrarradio de la población
propiamente dicha, es una cesión a la gente de aquel
tristemente célebre barrio barcelonés de Can Tunis, sede del
narcotráfico por excelencia, que fue derruido completamente
y sus habitantes pasaron, con drogas incluidas, a residir en
las viviendas ahora destruidas por la explosión.
Casi todos los habitantes de esas viviendas son de otras
etnias. Una de las facetas más conocidas de esta gente es la
picaresca elevada al cubo.
Suelen aprovechar cualquier coyuntura para sacar provecho a
la vida a su manera y una de ellas es la manipulación de los
suministros (agua, electricidad y gas) al objeto de no pagar
recibo alguno y vivir del cuento, aparte de la venta de
drogas.
Lo que expongo es simplemente una teoría. Muchos de los
residentes en las viviendas de Can Espinós, el barrio
marginal de Gavá, se habrían conchabados para aprovechar el
suministro y consumirlo gratuitamente, con empalmes ilegales
y obviamente defectuosos. Uno de esos empalmes averió
irremediablemente las tuberías de agua con enorme pérdida
del preciado líquido, al que ahora achacan los peritos la
causa de la explosión de gas. Lo cierto es que si osaron
hacer chapuzas con las cañerías del agua, ¿cómo no lo iban a
hacer con las tuberías del gas?
Manipular los conductos de gas natural es un riesgo enorme;
no se siente el olor de dicho gas, no se nota el posible
escape si no es a través de un silbido constante apenas
audible y… ¡boom!, al menor intento de encender un pitillo.
La explosión de las viviendas ha tenido que ocurrir desde
dentro de una de ellas, desde la que se produjo el escape y
acumulación de gas. Normalmente la combustión del gas
produce una explosión, no una implosión y ello está muy
claro al proyectar las fachadas hacia el exterior.
Hay bastantes indicios para que los especialistas del CSI
español investiguen las causas de esa tremenda explosión.
Además, ya están a la vista demasiados hechos para que, de
una vez por todas, las autoridades tomen cartas en el asunto
e inculquen educación y civismo a ese sector marginal de la
población española en general, que desgraciadamente lo
forman componentes de otras etnias.
También, en otro orden de cosas, es un factor de riesgo el
incivismo que demuestran muchos ciudadanos al colarse en los
transportes públicos metropolitanos, que a fin de cuentas
deben mantenerse escasamente con los billetes de transportes
de los mismos ciudadanos.
Sólo en determinado tiempo, un mes, se han “atrapado” a
41.000 pasajeros sin billete en los transportes
metropolitanos de Barcelona, lo que representa una pérdida
de 61.500 euros. Casi “ná”.
También puede ser un factor de riesgo los inmigrantes
latinoamericanos. Me uno a las palabras de Jordi Pujol, ex
presidente de la Generalitat, cuando afirma “… es más
difícil integrar hoy a los inmigrantes latinoamericanos que
a los andaluces durante el franquismo.” Como anécdota, la
que soltó el entonces presidente del Gobierno español,
Leopoldo Calvo-Sotelo, cuando dijo “suerte para España de
que en Catalunya hubiera habido mucha inmigración”. Sin
comentarios.
Para terminar, quiero unirme a la repulsa contra los
asesinos del constructor vasco Ignacio Uría pero no
participaré en ese teatro que a nada conduce con
manifestaciones callejeras.
Estamos dando demasiada publicidad gratuita a unos simples
asesinos y salir a la calle en protestas, aunque sean
silenciosas, por cada vez que comentan asesinatos me parece
una tontería. Se trata de un caso policial de asesinato a
sangre fría y nada más. ¿Qué demuestran presentándose a
protestar en la calle? si luego son incapaces de enfrentarse
al asesino a solas si se diera el caso.
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