Es otro de los atractivos en este
mes, hasta que haya pasado el día de Reyes. El lugar idóneo
que se viene utilizando desde hace varios años es La Marina,
ese paseo amplio, céntrico y bien organizado que tiene
amplitud para los puestos navideños, para los célebres
castañeros y para poder pasear, si es que uno no está allí
de compras.
Creo que los puestos que se instalan en La Marina no hacen
competencia a los establecimientos fijos de todo el año y no
hacen ningún tipo de competencia porque el tipo de regalo
que uno puede adquirir en estos puestos ambulantes es el de
comprar – poner – y desechar al poco tiempo.
Obviamente son regalos mucho más baratos, son compras del
momento y estas gentes que vienen del otro lado del estrecho
hacen sus ventas, sacan sus euros, para ir viviendo y, de
rebote, también dejan algo en la Ciudad, porque en esos días
que están aquí, aquí tienen que comer, aquí adquieren lo que
necesitan a diario y eso, querámoslo o no, también deja
dinero.
Pero es más, el atractivo de ir a esos puestos ambulantes
lleva aparejado, también, el acercarse luego a otro tipo de
establecimientos, ya que cuando uno sale de compras, aunque
sea con el dinero justo y muy contado, tras salir de un
puesto se entra en otro, y de ahí se pasa a otros tipos de
tiendas.
Estos puestos navideños ya son algo propio de estas fiestas,
aquí en Ceuta. Cada época tiene sus atractivos y si la feria
tiene toda la serie de cochecitos, tómbolas, norias y demás,
la Navidad y Reyes tienen estos casi 50 puestos con las
típicas bufandas, los gorros, la bisutería, los bolsos que
sirven para un rato y otros mil artículos entre los que
están las figuras decorativas y, luego ya, en el fin de año
los “matasuegras” que tanto agradan a los que van a pasarlo
bien.
Alguien nos decía ayer que también en esto se notaba la
crisis y que este año habrá 10 puestos menos que el año
pasado, lo que implica un descenso en la cantidad, esperemos
que la calidad sea la misma de siempre.
Y como desde la Ciudad no se deja nada a la improvisación,
ya desde la Viceconsejería de Festejos de la Ciudad Autónoma
de Ceuta, quieren que en pocos días estén totalmente
instaladas todas las carpas de inmediato.
Y lo que hemos dicho antes, la instalación de estos puestos
supone la posibilidad de pequeñas compras para los bolsillos
más débiles, también, cosa que este año, tal y como está la
situación, tendrá un atractivo especial y, posiblemente, más
clientela que cuando las economías están más boyantes.
Casi un mes estará operativo este “mercadillo” que se
prolongará desde esta misma semana hasta que los Reyes hayan
traído el último de los regalos, tanto a niños como a los
que ya somos un poco más mayores.
El centro de Ceuta, pues, comienza a tener un movimiento muy
especial, precisamente desde el atardecer, en los días
normales, hasta entrada la noche. Y para completar ese
movimiento del mismísimo centro, no hace falta más que
desviarse unos pocos metros, pocos, hacia el mar y así se
llega a ese mercadillo de la Navidad, donde se hacen las
últimas compras de la tarde.
Aunque el tema económico está muy bajo, sin embargo, luces y
escaparates adornados nos hacen olvidar el momento de la
crisis.
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