El juez de la Sala de lo Penal número dos ha condenado a un
joven ceutí por un delito de atentado con un año de prisión
y al abono de 320 euros en concepto de multa e indemnización
por agredir a un celador en el ambulatorio del Tarajal. El
INGESA ha logrado tres sentencias condenatorias entre 2005 y
2008 y aún hay dos juicios pendientes.
Esta sentencia se refiere a un suceso ocurrido el pasado 30
de octubre en el centro de salud número 3 en lo que ha sido,
hasta ahora, la última agresión sufrida por personal
sanitario en Ceuta. Aquella agresión motivó una
concentración de repulsa por parte de los trabajadores del
centro y de los sindicatos.
El individuo se personó en la cafetería del centro
intentando que su médico le atendiera en consulta. El
facultativo le indicó que aún no era la hora. Ante la
persistencia de este instó al celador a llamar a la Policía.
Según la versión de los testigos, el condenado abandonó la
instalación profiriendo insultos y cuando llegó al celador y
vio que tenía el teléfono en la mano le lanzó una sillita de
bebé.
Desde la Dirección Territorial del INGESA confirmaron que
esta es la tercera sentencia condenatoria por agresiones a
personal sanitario en Ceuta en los últimos tres años.
Además, se han producido otras sentencias favorables por
delito de lesiones, dos autos de alejamiento y doce juicios
por faltas.
Ello supone, según el Instituto, que Ceuta está a la cabeza
en lo que a condenas por atentado contra el personal del
Sistema Nacional de Salud se refiere. Desde el INGESA
aprovecharon la oportunidad para reiterar su total apoyo y
voluntad de estar con los trabajadores. Además de las tres
condenas aún hay pendientes dos juicios, también por
atentado.
El avance logrado es que anteriormente estos delitos se
juzgaban por amenazas y lesiones y ahora se consideran
atentados contra la autoridad.
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