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OPINIÓN - VIERNES, 5 DE DICIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / ESCRITOS CABALLAS

Las Cenas de Navidad
 


Javier Cherllarám
javiercherllaramt@elpueblodeceuta.com

 

Este mes es repleto de grandes banquetes, aperitivos, brindis, comilonas, cenas de empresa, y dar rienda suelta a los abrazos, los apretones de manos, los besos, las placas, los discursos sentidos, aunque mas de uno, tenga el cuchillo debajo del mantel, para clavarlo por la espalda. Tengo un apunte que ahora no recuerdo el resto del mensaje, que me habia guardado, pone tu primo, la otra cara, y mas bonita que nadie, supongo que será por algun primo mio, que el Cristiano pone la otra cara, para que se la partan, y que Ceuta es mas bonita que nadie, aunque esto lo dijo una profesora, en mis tiempos, cuando una alumna le tiró un chicle y le impactó en el pecho a la maestra, fue algo asi como si me vais a despreciar, yo soy mas bonita que nadie, . Y junto a esta frase como coletilla, lo que una madre, le endiñó a otra porque no dejaba que su hijo jugase con los demás, creo que era asi como “ni tiene piojos mi hijo, y tiene unos huevos muy lindos”. El pasado sabado, asisti como invitado a una de esas cenas de Navidad, tan rapida y tan pronto, que no habia hueco alguno en la agenda de Diciembre, como estaba el Sabado, con el agua y viento que caia, hice un esfuerzo y nos dirigimos a Restaurante, los saludos de rigor, los besos y apretones de manos, van llegando invitados y acreditados para ocupar la mesa, se sientan a mi vera, creo que cuatro miembros del sexo masculino, y todavía no habiamos cruzado saludos de rigor, cuando cambian de parecer y me dejan con la palabra en la boca, y abandonan mi compañía, se fueron a otra parte de la mesa, me tape la boca, para asi cagarme en sus mulas, tenia dos caminos, aguantar unos minutos o bien esperar que alguien que faltaba ocupara el lugar abandonado.

Lo malo de estas historias, es que los comensales no son niños, aquí no hay chiquillería de la edad del pavo, ni personal octogenario que no sepa donde poner el huevo. Hablamos gente entre 30-40 años, con canas en los compañones, Al final lo pasé bomba, porque llegaron personal del sexo femenino, de muy buen ver y la mar de simpaticas, aquí saqué mi labia, mis vivencias, mi carrete y estuve repartiendo para todas una buena velada, regando con buen vino a todas las copas y los platos por doquier. Como historias como estas puede que me vuelvan a pasar, pero no es de hombres ni caballeros, una vez sentados, porque no tengas un “rosco cercano” que tapar, el cambiarte de sitio, ya tuve algo parecido hace años, y no me largué porque, yo tenia que dar un discurso emotivo, sino dejo el pergamino a que “lo lea otro”, para desprecios y malos gestos estamos todo el año, asi tambien en Navidad. Tomen nota señores comensales
 

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