Es lo que parece que ha decidido
la Junta de Seguridad para terminar, si eso fuera posible,
con el consumo y el menudeo de la droga en nuestra ciudad.
Y es que ahora mismo, cuando el problema del paro por un
lado, el repunte del terrorismo etarra por otro y los mil
asuntos que se abordan desde gobiernos y oposiciones,
parecía que el tema de la droga quedaba un poco arrinconado.
Gran error sería el no controlar las 24 horas del día este
problema, y muy especialmente en las inmediaciones de
centros de enseñanza, durante las horas que se imparten las
clases.
Y digo que sería un gran error, porque en esas zonas, es más
que frecuente la visita de personas que, desde luego, no van
a matricularse allí, sino que se acercan en busca de
“posibles clientes” al por menor, pero con la trampa
preparada para que esos, poco a poco, se puedan convertir en
asiduos consumidores.
En más de una ocasión he escrito sobre esto y he dicho que
me parece aberrante el hecho de que en las mismas
inmediaciones de los institutos no haya una vigilancia
permanente de la policía, más que para sancionar, porque
delante de sus narices no iban a actuar, para prevenir y
para “espantar” de esas zonas a quienes van “de visita
interesada” a esos lugares.
Por eso, cuando leo que la Junta Local de Seguridad acordó
“activar la cuarta fase del plan operativo de respuesta
policial al consumo y al tráfico a pequeña escala de drogas
en los alrededores de los colegios y centros de ocio”, me ha
parecido que el mejor regalo navideño o de Reyes que nos
podía llegar, está ahí a la vuelta de la esquina.
Desde el primer día que llegó a Ceuta me di cuenta que el
delegado del Gobierno había venido a esta ciudad, no a
pasear, sino a conocer lo que había y a abordar los temas
que tenía que solucionar.
Éste no es, ni de lejos, el menor problema, especialmente,
porque en juego está la salud y el futuro de más de un joven
que puede ser “cazado” en las redes mafiosas de algunos
desalmados y que luego tendría un, casi imposible, regreso a
la normalidad.
Hace muy pocos días, el pasado domingo, yo entrevistaba en
este mismo periódico, a una jovencita de segundo de
Bachillerato, y en sus manifestaciones quedaba claro que la
juventud, al menos en parte, sabe lo que quiere, y sabe por
donde va.
Sin embargo, hay otra parte de esa juventud que puede ser
arrastrada hacia otros caminos más “fáciles”, en principio,
pero sin retorno al punto de partida.
Por eso me parece muy bien que la Delegación haya adelantado
que “ de lo que se trata es de intensificar las actividades
de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y de la
Policía Local para el control de los lugares de ocio y
educativos”.
Este es el camino. Este es el punto de arranque. Luego hay
otros lugares donde se trabajará de otra forma, pero si, a
las primeras de cambio, limpias el menudeo, ya has logrado
no barrer las grandes cantidades, sino proteger a una
juventud en los años más peligrosos de su formación-
Controles exhaustivos “in itinere”, controles rigurosos de
tráfico, en el sitio justo que, la Policía conoce mejor que
nadie y seguimiento a lo largo del fin de semana, con lo que
de un plumazo se erradica una buena parte de la venta de
droga, y al propio tiempo el consumo del alcohol.
|