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OPINIÓN - JUEVES, 4 DE DICIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / EL OASIS

Guillermo Martínez
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Hace pocas fechas, cuando le explicaba yo a Francisco Sánchez Paris que me resultaba muy difícil escribir del consejero de Economía, Turismo y Empleo, porque nunca había tenido la oportunidad de hablar con él, llegó Guillermo Martínez y sin dar las buenas tardes ni excusarse por interrumpir nuestra conversación, le dijo no sé qué al director del Gabinete del presidente, y se marchó sin decir ni pío.

Entonces, le dije a mi interlocutor que la actitud de Martínez, tan seca y distante, eufemismos claros para no decir lo que pensaba de él en aquel momento, era la causa por la cual nunca me había dado por dedicarle mi modesta columna.

Y Sánchez Paris no dudó en salir a los medios para hacerle el quite correspondiente al consejero. Y lo hizo bregando con el capote de la timidez y de lo reservado y callado que es Martínez. A quien, por lo oído, le cuesta mucho trabajo abrirse a los demás si antes no ha conseguido hacerse a la idea de que no se lo van a comer crudo.

De aquel encuentro no esperado en la sala de estar del Hotel Tryp, precisamente cuando se hablaba del consejero Martínez, hice su correspondiente comentario para demostrar que yo no tenía nada en contra de él pero que sí me chocaba su aridez y su comportamiento desabrido. Tal vez por falta de tablas o bien por esa actitud apocada que le achacaba el más destacado asesor del presidente de la Ciudad.

Sea como fuere, y a pesar de que no obtuve ese día la impresión deseada del consejero de Economía, Turismo y Empleo, me hice a la idea de que cualquier día me llegaría la oportunidad de referirme a éste con placer y buen son. Por más que su timidez le hubiera jugado una mala pasada en mi presencia.

Y la oportunidad, miren ustedes por dónde, se me ha presentado antes de lo previsto y de manera que me produce una enorme satisfacción destacar que la mesa de contratación presidida por él haya elegido a la empresa ‘Papel de Aguas’ para que diseñe el stand de Ceuta en FITUR.

Y la satisfacción radica en que la designación haya recaído en una empresa local. Y sobre todo porque no me cabe la menor duda del acierto que ha tenido el consejero y los componentes de esa mesa al confiar en que Diego Sastre y Antonio San Martín serán capaces de diseñar un expositor que hará las delicias de propios y extraños.

Así que a partir de ahora, espero que el consejero Martínez deje de pensar que yo la tengo tomada con él y mucho menos que lo traté con saña nada más tomar posesión de la consejería. En principio, no recuerdo ni siquiera lo que pude escribir sobre él, cosa rara en mí. Pero seguro que no sería nada ofensivo ni, por supuesto, motivo para que algunos de sus mejores amigos se le ofrecieran para responderme acerbamente.

Es sí, el cargo le exige a Guillermo Martínez, amén de actuaciones exitosas, que sea más dado a tratarse con los demás. Que procure vencer su cortedad y se muestre algo más abierto al diálogo en situaciones donde le conviene no expresarse con monosílabos causantes de recelos en cualquier reunión. No lo aliento para que se convierta de la noche a la mañana en un contador de chistes que nos haga desternillarnos de risa ni tampoco en un conversador de altos vuelos. Pero es conveniente que alterne con más desparpajo.
 

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