No es normal el frío que azota
estas tierras, se ha adelantado una barbaridad en relación
al tiempo real del invierno. Ya veo la factura del gas por
las nubes y eso que mi pretensión era ahorrar.
Sin embargo, como mi familia es de natural friolera, mi
mujer es del Caribe y mi hijo se ha acostumbrado al clima
ceutí, no tengo más remedio que encender la caldera y
caldear toda la casa. Lo malo es cuando salgo fuera… me
quedo tieso.
Mientras la presidenta de la Comunidad de Madrid se debate
entre decir la verdad o mantenerse en sus treces ante los
ataques desde diferentes frentes sobre su salida de Bombay…
vamos a lo que importa.
Desde que se creó Internet, ante tenía otro nombre, las
primeras páginas que salieron a la luz eran las de contenido
pornográfico que se expandieron como una plaga, incluso las
enviaban a los correos electrónicos, y ahora, hoy en día,
copa por completo casi todos los spam.
Con la entrada de la pornografía vino el morbo y las
desviaciones antinaturales de millones de personas, desde
los exhibicionistas (la verdad es que sería más claro decir
LAS EXHIBICIONISTAS al ser una inmensa mayoría) que envían
imágenes de su cuerpo desde sus propias Webcams, hasta
desalmados que utilizan niños y niñas para… no me cabe en la
cabeza el por qué.
La historia escabrosa de los pedófilos, palabra que está mal
empleada porque en realidad debería ser paidófilos porque
proviene del griego páis-paidós (muchacho o niño) y filia
(amistad), viene de tiempos lejanos y no se debe confundir
con los pederastas.
Los paidófilos son los que tienen una inclinación sexual de
atracción primaria hacía los niños y los pederastas son los
que practican el sexo con los niños.
No existen explicaciones determinantes sobre las razones que
llevan a una persona adulta a ser un pederasta. La mayoría
creen que el origen se encuentra en traumas y/o abusos
sufridos en la infancia pero lo que mejor cuadra con el
asunto es el problema cerebral del pederasta, lo que no lo
libra de ser responsable de sus actos.
Los pederastas suelen intercambiar información sobre cómo
engañar a los padres de un niño, cómo intercambiar
pornografía de forma privada y cómo evitar ser descubiertos.
Los foros en los que operan son cada vez más cerrados. Los
que tienen conocimientos sobre seguridad en Internet los
comparten con los demás, de modo que cada vez son más
difíciles de localizar, si bien los métodos de la policía
son, también, cada vez más sofisticados.
Las imágenes que se suelen ven por Internet proceden de lo
que la Policía llama “intercambio altruista”. Normalmente no
son colocadas por organizaciones, sino por los propios
pederastas, que muchas veces las obtienen de su entorno
familiar (hijos, sobrinos, hijos de vecinos...).
Los policías expertos en Internet han explicado en
reiteradas ocasiones que los pederastas se infiltran a
menudo en chats de adolescentes, haciéndose pasar por
personas de su misma edad y consiguiendo en algunos casos
que lleguen a desnudarse frente a la webcam. También
intentan obtener sus teléfonos para tratar de lograr un
contacto real. Lo más usual es que el pederasta entre en un
chat, se registre con un apodo y abra una sala de usuario en
la que, en apenas media hora, puede intercambiar decenas de
fotos y vídeos. Luego la sala desaparece.
Lo que ahora llamamos ciberpederastía no para de crecer y
con las detenciones de las últimas horas son ya más de 1.200
las que han sido arrestadas en España.
Parece ser un fenómeno en auge, centrado sobre todo en
menores de 16 años, en un acto poco lúcido de las leyes. Me
aclaro, la edad mínima legal a partir de la cual una persona
puede mantener relaciones sexuales consentidas es de trece
años. Como nuestras leyes remarcan que se consideran abusos
sexuales no consentidos los que se ejecuten sobre menores de
esa edad, lo ponemos en bandeja.
¿Por qué?, porque si para muchas cosas que el niño quiere
hacer (sea con el colegio, con el club, etc.) necesitan el
permiso paterno o materno hasta que no alcance la mayoría de
edad… ¿por qué para actos sexuales no lo necesita?,o sea que
todo debe ser NO CONSENTIDO hasta la mayoría de edad del
menor. Así acortaremos el campo de los pederastas ¿no creen?
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