PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES, 3 DE DICIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / SNIPER

Terrorismo islamista y cooperación internacional
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

Los últimos atentados terroristas en Bombay han vuelto a poner sobre el tapete la imperiosa necesidad de una cooperación internacional estrecha y leal; la pandemia del terrorismo yihadista (de matriz islamista), se ha convertido en una peculiar internacional en un sentido múltiple: con efectivos sin distinción de raza o nacionalidad, unidos solo por una peculiar interpretación dogmática y fanatizada de ciertos textos presuntamente sagrados y capaces de golpear letalmente en cualquier lugar del mundo. Por lo demás la historia del fenómeno terrorista demuestra que, salvo en casos concretos (los atentados debidos a cierta interpretación del anarquismo), las organizaciones terroristas han contado siempre con: a) El apoyo de un Estado; b) La retaguardia de un santuario. ¿Existen vinculaciones de ese tipo en el terrorismo islamista de los últimos tiempos…?. En cualquier caso está fuera de duda la imprescindible cooperación transfronteriza de los servicios policiales y de inteligencia, a fin de enfrentarse con posibilidades de éxito a esta amenaza directa contra nuestros valores y nuestra común estabilidad. No voy a referirme, en cuanto al terrorismo islamista, a las tensiones y desconfianza existentes entre la India y Pakistán, sino que voy a intentar ir más cerca, a Europa y el Maghreb, empezando a sacar a la palestra cuatro ejemplos en los que, parece ser, las aguas de los canales de colaboración bajan turbulentas: Dinamarca, Holanda, Bélgica y España (países todos con una abundante emigración marroquí), frente a Marruecos, dejando a los servicios de información exteriores de Yassine Mansouri, la DGED, en entredicho. Y eso, créanme, no es bueno para nadie.

Holanda ha denunciado, pruebas en mano, la inaceptable y agresiva ingerencia de los servicios marroquíes en el país; ¿le hacía falta a Rabat comportarse así…?. En cuanto a Bélgica el responsable de la “Sureté”, Alain Winants, se ha despachado también a gusto con sus colegas de este lado del Estrecho. Y no se trata ya de ingerencias; el problema de base, según se afirma, son las reticencias a colaborar por parte de Marruecos.

En cuanto al desencuentro español se remonta al macroatentado del 11 de Marzo en Madrid, cuya resolución se ha cerrado en falso dejando, ahí están las evidencias, numerosos cabos sueltos. Dada la participación en la ejecución del mismo de ciudadanos marroquíes y conociendo la profundidad de la información, sobre el terreno, de los servicios de información del vecino país, la pregunta pertinente es: ¿sabía alguien en Marruecos lo que se estaba tramando?; ¿a dónde apunto?: a Mohamed Haddad, este ciudadano marroquí residente entonces en España (cuyas circunstancias conozco especialmente bien), primeramente incriminado y luego absuelto, no tanto a mi juicio por ser inocente, sino por una aparente falta de pruebas. ¿Quién es realmente Mohamed Haddad…?. Solo hay dos respuestas: un presunto terrorista (o cuando menos simpatizante) de notorios implicados en el 11-S de Nueva York (sí Haddad, ¿qué calladito te lo tienes verdad?) y el 11-M en Madrid… o un infiltrado, un agente de los servicios marroquíes que, estos días, estarían intentando devolverle algún favor. Rabat debería ser más prudente y pensar que, todo ello, puede en cualquier momento revolverse contra sus intereses.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto