Según la sentencia de un juzgado
de lo contencioso-administrativo, un colegio público de
Valladolid deberá retirar los crucifijos de las aulas y
zonas comunes. Esta decisión se ampara en una supuesta
vulneración del derecho fundamental a la libertad religiosa,
apelando a la laicidad y la neutralidad del Estado.
En principio, la Consejería de Educación, después de
estudiar la sentencia, la postura será de respetarla y
acatarla. En cambio, la oposición, además de resaltar el
carácter “pionero” de la sentencia solicitó que las
autoridades educativas de la región, apliquen la doctrina
dictada por el juez, a todos los colegios públicos de
Castilla y León”.
En este punto, la petición se refiere “únicamente a los
colegios públicos”, pues “los colegios concertados, aún
sostenidos con fondos públicos, tienen derecho a mantener su
ideario y contar con los símbolos religiosos que consideren
oportunos, argumentos que no son válidos ya que para la
implantación de la EpC, se les niega la subvención si dejan
de aplicarla.
En cuanto a la posición que adopte la Dirección del Centro,
una vez promulgada la sentencia, tanto la parte demandante,
la Asociación Cultural Escuela Laica de Valladolid, como las
autoridades educativas, recordaron que al ser recurrible no
deben retirar los crucifijos de manera inmediata. De hecho,
la Consejería de Educación no piensa remitir a éste ni a
ningún otro colegio una circular al respecto, aunque
considera que la Directora del Centro hará una consulta al
respecto.
El enfrentamiento entre los dos partidos, PP y PSOE, no se
podía esperar, y el primero respondió al portavoz del
Partido Socialista, que su postura refleja su radicalidad y
política de confrontación, empeñado en hacer una política
educativa de carácter ideológico sin respetar a la mayoría
de los padres, añadiendo que los ciudadanos no alcanzan a
comprender las razones de esta medida, ya que se considera
que existe más de un 80% de los españoles que se confiesa
católicos. Es cierto que la mayoría de los padres no están
de acuerdo con la retirada de los crucifijos.
La Asociación Cultural Escuela Laica, encontró el apoyo de
algunos padres del Centro, así como de la Asociación de
Madres y Padres de alumnos (AMPA). En los primeros momentos,
partidarios y contrarios a la sentencia, intercambiaron
argumentos sin más discrepancia que la diferencia de
opinión. Sin embargo, cuando ya los alumnos habían entrado
en las aulas, algunas madres arremetieron contra el
presidente de la Asociación, elevando el tono de las
acusaciones, calificándolo de “fariseo”, al permitir que una
hija suya “hiciera de Virgen María en una obra teatral”.
Bueno será que demos a conocer las distintas opiniones
vertidas por significadas autoridades: Cardenal, Arzobispo
de Sevilla, Mons Carlos Amigo “La erradicación de los
símbolos religiosos tan arraigados en nuestra cultura, no
favorece la convivencia. Lo importante no es tirar por la
borda los signos, sino ayuda a las personas a respetarlos,
sean de la religión que sean”. Presidente de la Conferencia
Episcopal, el Cardenal Arzobispo de Madrid, Mons. Antonio Mª
Rouco Varela: “No sólo es necesario cultivar la
reconciliación y el perdón, sino también en mantener una
actitud de vigilancia para cortar de raíz actitudes,
palabras, estrategias y todo lo que pudiera dar pábulo a las
confrontaciones que puedan acabar siendo violentas. A veces
es necesario saber olvidar. No por cobardía, sino en virtud
de una voluntad de reconciliación: “La Sra Ministra de Mesyd
(Educación, Política Social y Deportes). “Respetamos la
sentencia, lo mismo que hemos hecho con otras similares. La
constitución dice que España es un Estado aconfesional y,
por tanto, la escuela también debe serlo. Y los padres y los
Consejos Escolares, tienen derecho a pedir que retiren los
símbolos religiosos”.
Según la sentencia del juez, “El crucifijo tiene una
connotación religiosa, aunque también otras; es decir, no ha
perdido sus connotaciones religiosas, aunque pueda tener
otras… Por todo ello, el fallo incide en que, la presencia
de estos símbolos en las zonas comunes del centro educativo
público, en el que reciben menores de edad en plena fase de
formación de su voluntad e intelecto, puede provocar en
estos, el sentimiento de que el Estado está más cercano a la
confesión con la que guarda relación con símbolos presentes
en el centro educativo que a otras confesiones, respecto de
las que no está presente ningún símbolo del Colegio. La
decisión de Consejo Escolar vulnera los derechos
fundamentales reconocidos en los artículos 14 y 16,
apartados 1 y 3 de la Constitución Española, que garantiza
derechos fundamentales como la libertad ideológica religiosa
y del culto de los individuos y comunidades”.
Conviene recordar que hay dos antecedente: el 24 de Abril de
2006, el Consejero de Educación de Castilla-La Mancha,
afirmó que en los colegios públicos donde no haya un deseo
expreso no deben retirarse los símbolos católicos. Fue en
Toledo. El otro conflicto surgió dos años antes, en un
centro de Baeza (Jaén). La Junta de Andalucía ordenó
retirarlos.
Yo no conozco el ideario del Centro, al que se le exige la
retirada de los crucifijos, pero sí lo que representa su
Consejo Escolar, contra el que actúa el Sr. Juez. El citado
Consejo es un órgano de gobierno, no consultivo o de
participación, con el que hay que ser respetuoso y al que
corresponde decidir si se mantienen los crucifijos.
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