Llega el puente del mes de
diciembre, y como es habitual Ceuta se queda sola. Serán
muchos los ceutíes que aprovechen el puente para marcharse a
la Península a disfrutar de esos días de vacaciones. Unas
pequeñas vacaciones de las que participa nuestra tierra,
donde los pocos que nos quedamos podemos pasear con toda
tranquilidad por nuestras calles, casi desierta de personas
y vehículos.
Todos hablan de la gran crisis económica que estamos
padeciendo pero, al parecer, eso deja de ser un obstáculo
con la llegada de esas mini vacaciones. Después al regreso
empiezan, como es habitual, los lamentos y las quejas de lo
mal que nos encontramos y de la falta de ayuda tan necesaria
que, la mayoría del comercio, necesita para seguir
subsistiendo. Pero, eso sí, a pesar de que a la vuelta se
empezará con la misma monserga, nos habremos ido a la
Península a disfrutar de esas vacaciones que nos proporciona
el puente.
Usted y todos los que nos quedamos sin disfrutar de esas
mini vacaciones, saldremos a la calle, con el deseo de
encontrar alguna cafetería donde poder desayunar, y
tendremos que andar lo nuestro para encontrar algunas de
ellas abiertas que, en honor a la verdad, las hay. Las cosas
como son.
Todo esto me parece perfecto, cada uno puede hacer lo que le
venga en ganas, aprovechando estas vacaciones para irse a la
Península o donde más le plazca. Al fin de cuenta es su
dinero, y con su dinero puede hacer lo que quiera sin darle
explicaciones nada ni a nadie.
Lo que ya no me parece perfecto, es una opinión personal,
particular e intransferible es que, después, vengan las
lamentaciones de quienes se ha marchado de vacaciones, de lo
mal que está la situación económica.
Si tan mal está la situación económica, peor estará con
cerrar un establecimiento porque, con ello, no sólo se está
gastando un dinero en esas vacaciones, sino que se está
dejando de ganar dinero al estar el establecimiento cerrado
durante esos días.
Muchos de los que cierran, tienen el pleno convencimiento de
que para nada va a perjudicarse con sus ventas, ya que, en
estas mini vacaciones, nuestra tierra se queda casi desierta
y, por tanto, sin clientes que puedan consumir.
Y quizás o sin quizás, con ese pensamiento lleven toda la
razón del mundo, puesto que esa teoría es más que acertada,
fácilmente comprobada con darse, en esos días, una vuelta
por nuestras calles, donde se va a encontrar usted más sólo
que un pingüino en Ecija en pleno mes de agosto
En fin, que los que nos quedamos es porque tenemos menos
dinero en el bolsillo que uno que se está duchando. Porque
si tuviésemos dinero, con toda seguridad que nos iríamos a
disfrutar de ese descanso que, siempre, el cuerpo lo
agradece. Ya lo dijo aquel: ”carrerita que no da el caballo,
en el cuerpo se la encuentra”. Y hay cuerpos que no están
para muchos trotes, sin señalar que está una jartá de feo y,
después, hay quien al leer la frase se mosquea más que un
pavo en Navidad. Ustedes lo disfruten.
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