Con la charla coloquio que el pasado viernes expuso el
general de brigada del Cuerpo Militar de Sanidad, Antonio
Velázquez Rivera, sobre su presencia como médico español en
la contienda del Vietnam y que se dio en titular ‘Un caballa
en la guerra del Vietnam’, dándose por finalizado el ciclo
de conferencias que este año la Casa de Ceuta en Cádiz ha
ofrecido a sus socios y público gaditano, los cuales han
respondido a la perfección a todas y cada una de las
realizadas.
Con el salón principal de la sede social completo por el
publico asistente, el presidente Silverio De la Yeza Chico,
hizo una presentación del orador que fue calificada por el
conferenciante de muy sentida y de la que le afloraron
fuertes sentimientos y recuerdos de verse rodeado de tantos
paisanos.
Agradeció la presentación y comenzó su charla en la que
destacó que su ímpetu juvenil le llevo a participar en una
experiencia que no muchos españoles han podido vivir y mucho
menos conocer, ya que se trató de un acuerdo secreto
hispano-americano que no se conocía ni en las mas altas
esferas del estamento militar.
Destacó el estado en que se encontró aquello cuando llegó y
de cómo llegaban pacientes de todo tipo, desde niños en
pésimo estado, ya que estuvo en la sección de pediatría, a
heridos de morteros con cuerpos mutilados.
Comentó que fueron recibidos por un sargento americano y que
de entrada les indicó, que si eran doce, solo regresarían a
España tres o cuatro.
También destacó como la población vietnamita les era
agradecida por la labor que estaban desempeñando, pues se
comunicaban con ellos en francés y vestían sus uniformes
españoles ya que podían ser objetivo de cualquier acción
bélica y de rechazo por la población, diferenciándose así de
los estadounidenses.
A pesar de todo lo vivido, comentó que regresó con mucha
pena pues dejaba allí multitud de niños a los que trató,
guardando de ellos un buen recuerdo.
A mitad de su charla, se proyecto un audiovisual con su
aparición en el programa ‘Dutifri’ de Javier Sardá, donde
con el presentador visitaba la ciudad de Go Cong donde
estuvo destacado y la región de Cu-Chi, así como el
entramado de trampas y galerías subterráneas de los
norvietnamitas que están a modo de museo en plena selva.
Finalizada la proyección, se entró en coloquio con una
amplia participación de los presentes, pues había preguntas
que requerían contestación por lo complejo de aquella
participación y que además resultaron de lo mas
interesantes.
Finalizado el turno de preguntas, le agradeció nuevamente el
presidente su participación en el ciclo de conferencias y le
entrego como es habitual a todos los conferenciantes, la
tacita de plata anagrama de la Asociación en forma de trofeo
y firmó en el libro de honor.
Acto seguido en un salón contiguo, se ofreció una copa de
vino español a todos los asistentes, donde las preguntas
siguieron asaltando al conferenciante que con su reconocida
amabilidad, contesto a todos y cada uno que le interpeló.
Una experiencia única la vivida por el general Velazquez y
el resto de sus compañeros digna de ser contada y sobretodo
ser conocida por todos los españoles.
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