El Gobierno ceutí no tiene tan claro como ayer publicó el
diario EL PAÍS (‘Ceuta y Melilla pedirán en 2009 su ingreso
en la Unión Aduanera’, fue el titular) su ingreso en dicho
marco, que en resumidas cuentas viene a suponer el abandono
del régimen de puerto franco y la obligación de someterse al
pago de aranceles por la importación de mercancías. Fuentes
del Ejecutivo de Vivas aseguraron ayer que tal paso sólo se
dará con garantías de tener, entre otras cosas, aduana
comercial con Marruecos.
La entrada de Ceuta en la Unión Aduanera, asunto sobre el
que el Ejecutivo de Juan Vivas y el resto de agentes
económicos y sociales viene reflexionando desde hace más de
un año, aún está lejos de iniciar su hoja de ruta. Fuentes
gubernamentales aseguraron ayer a este periódico que la
decisión final no sólo no está tomada, sino que está
sometida al menos a tres condicionantes de difícil
cumplimiento: 1) que existan garantías sobre la posibilidad
de disponer de una aduana comercial con Marruecos; 2) a
mantener el secular Régimen Económico y Fiscal (REF) propio,
actualmente en proceso de actualización, y 3) al
establecimiento de una serie de “medidas transitorias” para
compensar a los sectores económicos que más perjudicados
pudiesen verse por este paso, básicamente los concesionarios
de vehículos y los empresarios del Tarajal.
La Ciudad, como la Delegación, lleva muchos meses, antes y
después de recibir los informes sobre el tema que elaboró el
catedrático de Economía Aplicada Joaquín Aranda, escuchando
a un sector de la patronal local abogar por solicitar al
Estado que tramite ante Bruselas la posibilidad de acceder a
la Unión Aduanera europea, pero también oyendo a otro grupo
advirtiendo de los inconvenientes que acarrearía, sobre todo
si no se compensa con la regularización de la compra-venta a
través del Tarajal, algo que muchos expertos dudan que pueda
lograr la integración.
UDCE-IU ofreció ayer “todo su apoyo” al Gobierno ceutí para
tramitar o no la solicitud “una vez que se alcance un amplio
consenso con los agentes económicos y políticos”.
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