Disfruto como nunca de un señor
Barça a la vez que me apeno por un decaído “Madrí” que, pese
a perder por goleada, sigue siendo ayudado por los árbitros.
En Sevilla, el árbitro se pasó de la raya no pitando
tremendas faltas contra los azulgranas y no enseñando la
tarjeta amarilla más que a éstos en jugadas carentes de
peligro. Mientras en el “Coliseum”, el pintamonas con pito
no pita dos penaltis como catedrales a favor del equipo
local, ni un empujón a dos manos envenenado de ese defensa
llamado PePe, cuando el delantero getafeño encaraba el gol.
La imagen de Ntra. Sra. de los Ángeles, patrona de Getafe,
sonríe campechanamente ante la derrota del equipo al que se
le ha dado mucha importancia en todos los tiempos y que es
el más venerado en Ceuta, muy por encima del propio equipo
ceutí.
Bueno, como ya deben saberlo a estas alturas, las
descripciones deportivas no es santo de mi devoción…
sencillamente porque siempre estaría escribiendo de los
árbitros y del favoritismo que reciben los merengues en
todos sus partidos. Eso cansa. Más cansa aún si esta clase
de artículos deportivos solo lo leen los madridistas, que
son casi todos los ceutíes. Meno yo, desde luego.
La influencia de los medios de comunicación en las creencias
de la gente es potente. Durante la época franquista sólo se
hablaba del Real Madrid, único al que sacaban en el No-Do,
junto a la selección española, y cómo era el equipo de
Francisco Franco Bahamonde tenía que serlo de todos los
españoles, catalanes incluidos, por lo que hicieron un
lavado de cerebros tremendo.
Hoy en día sigue teniendo preferencia el equipo blanco de la
capital. Cuando gana todo son bombos y platillos como si
fuera el equipo de la nación, ignorando por tanto al resto
de equipos. Ocupa normalmente todas las entradas de los
telediarios nacionales, hasta el más pequeño detalle, como
la lesión del dedo índice de la mano derecha de determinado
jugador ocasionada por una disputa doméstica que no tiene
nada que ver con el deporte, y ello les lleva un dudoso
honor.
Cuando pierde todo son excusas, que si el árbitro, que si
los lesionados, que si… paremos el carro. El Real Madrid es
un equipo más de la liga y punto, no es de otro mundo y lo
de “galácticos” queda sólo en eso: un mote de hazmerreír.
Hasta tiene himno, como los patriotas antañones. Lo curioso
del caso es que ese himno madridista, cantando por José de
Aguilar, tomó forma en un tren que hacía el trayecto
Aranjuez-Madrid y la letra la escribió en unas servilletas
de papel en el restaurante “La Rana Verde” y lo grabaron en
los estudios de Discos Columbia bajo la dirección del
maestro Cisneros. Franco tomó cartas en el asunto.
Tan en serio se tomaron las órdenes del dictador que
obligaron a Santiago Bernabeu a estar presente durante la
grabación en la que intervinieron 32 músicos de la época que
eran todos catedráticos del conservatorio e integrantes de
la Orquesta Nacional de España, aparte del mencionado
Aguilar.
Volviendo a lo del partido en Getafe ya no extraña a nadie,
a los madridistas les encanta, que los árbitros sigan los
ataques del equipo contrario desde muy lejos con el fin de
no ver las faltas que cometen los madridistas, sino no se
explica que no pite ni saque tarjeta roja a la tremenda
entrada en plancha de Guti con los dos pies delante ni esa
entrada cuando remataba a gol derribando al delantero
getafeño en el área pequeña, ni el ya relatado empujoncito
de PePe. No digamos la de penaltis no pitados por tocar la
pelota con el brazo, como claramente se vio repetidas veces…
Al Barça siempre le llueven “pedradas” arbitrales allá donde
va fuera de Catalunya pero dentro del país. El arbitraje del
partido contra el Sevilla resultó totalmente negativo, falso
en evidencia, y si el Barça ganó fue porque el árbitro no
podía pasar cierto límite ético. Los agarrones de los
sevillanos estaban a la orden del minuto, los “emparedados”
contra Leo Messi evidenciaron la conformidad arbitral a esta
clase de faltas y el tremendo puñetazo, por dos veces, del
delantero sevillano Luis Fabiano contra Busquets iba camino
de ser soslayado si no fuera por la entereza del linier. A
punto estuvo de sacar amarilla a varios jugadores
barcelonistas por reclamar. La tarjeta a Eto’o pone en
evidencia el interés arbitral para que no comparezca contra
el Real Madrid. Ahí es “ná” ¿Cuánto habrá cobrado el
árbitro? Me refiero al maletín…
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