Efectivamente, Guillermo Molina es
un joven deportista que nació en nuestra Ciudad el 16 de
marzo de 1984 pero, ha alcanzado metas inimaginables a muy
tempranas edades; a los 17 años, fue campeón del mundo en
Fukuoka y a los 23, fue designado el mejor jugador del
Mundial de Melbourne y por tanto, el mejor waterpolista del
mundo.
Este joven deportista inicio su carrera a los 14 años en el
Club Natación Caballa para, un año más tarde, iniciar su
meteórica andadura en la elite nacional y mundial en equipos
como el C.N. Barcelona, Pescara o Brescia, donde ha
conseguido convertirse en el mejor jugador de la Liga
Italiana durante la pasada temporada, la mejor liga de
waterpolo del mundo. Manel Estiarte afirma “Guillermo es más
polivalente que yo y físicamente es mucho más poderoso”.
Un extraordinario palmares deportivo que recoge triunfos
como; Campeón de Liga, Campeón de Copa del Rey y Campeón de
la Copa LEN así como, importantes resultados como integrante
destacado de los diferentes combinados nacionales a los que
ha sido convocado. Evidentemente, Guillermo Molina es un
deportista aún en activo, al que deseo algunos años más de
práctica deportiva de alto nivel por el bien del waterpolo
español al que, sin ninguna duda, ayudará en la consecución
de nuevos triunfos nacionales e internacionales aunque, si
algo caracteriza al mejor waterpolista del mundo es, sin
lugar a dudas, su total compromiso con el deporte ceutí al
que dedica todo el tiempo que su apretada agenda le permite
convirtiéndose en el mejor ejemplo para las generaciones
venideras.
En este punto, deberíamos recordar que la construcción, en
los últimos años, de importantes infraestructuras deportivas
nos permite hoy reflexionar sobre el nombre que estas deben
llevar pero, debemos ser conscientes que esta tendencia
puede cambiar y no tener la posibilidad en el futuro de
homenajear al mejor deportista ceutí de todos los tiempos,
según los datos existentes que así lo avalan y mi humilde
opinión.
No obstante, no seré yo quien desmerezca, por ningún motivo,
la labor desempeñada para el deporte ceutí por José María
Rodríguez Portillo, también merecedor de importantes
reconocimientos. Su dedicación y esfuerzo, desde sus
responsabilidades políticas posibilitaron, junto a otros
compañeros y compañeras, la creación de lo que hoy es el
Instituto Ceutí de Deportes, organismo al que estoy unido
laboralmente desde hace 20 años.
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