El estatus y la consideración que tienen los profesores
ahora, en la España del siglo XXI, ha cambiado mucho de la
de antaño. En gran medida porque la sociedad también ha
cambiado. Nuevos valores, nuevas formas de comunicación...
Eso sí, los profesores han pasado de ser una figura
respetada e incluso temida por los alumnos a ser objeto de
burlas y hasta agresiones por parte de los padres y los
estudiantes. Los responsables de la educación de los hombres
y mujeres del mañana piden a gritos una dignificación de su
figura. La celebración hoy de San José de Calasanz, patrón
del maestro, es una buena oportunidad para ello.
De cara al exterior la jornada se presenta festiva en
colegios, institutos y facultades universitarias en Ceuta.
Regocijo para los estudiantes y reflexión para los maestros.
Descanso para ambos. Esta efeméride es también una
oportunidad para que el profesorado se exprese y lance un
mensaje hacia la sociedad.
El principal caballo de batalla de los maestros ahora son
los propios padres. Adultos que les encomiendan parte de la
educación de sus hijos no actúan en consecuencia en muchas
ocasiones cuando son requeridos por los profesores para
comunicarles algún aspecto del comportamiento de sus
vástagos. Los docentes se quejan por no recibir el respaldo
de los padres a las decisiones que, con respecto a los hijos
de estos, toman en el día a día en las aulas. La
desautorización de los adultos hacia los maestros hace un
flaco favor al menor ya que le da motivos para continuar
menoscabando o dificultando la ya de por sí difícil labor
del docente en la clase.
Esta festividad es una ocasión para pedir que las agresiones
al profesor en ejercicio de su función sean consideradas
como atentado contra la autoridad. Este es sin duda uno de
los asuntos pendientes por parte de la Administración ante
un colectivo que se siente cada vez más indefenso. Así,
queda una pregunta: ¿Estamos cuidando como debemos a quienes
educan a nuestros hijos?.
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