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                     El ruido actúa a través del órgano 
					del oído sobre los sistemas nerviosos central y autónomo. 
					Cuando el estímulo sobrepasa determinados límites, se 
					produce sordera y efectos patológicos en ambos sistemas, 
					tanto instantáneos como diferidos. A niveles mucho menores, 
					el ruido produce malestar y dificulta o impide la atención, 
					la comunicación, la concentración, el descanso y el sueño. 
					La reiteración de estas situaciones puede ocasionar estados 
					crónicos de nerviosismo y estrés lo que, a su vez, lleva a 
					trastornos psicofísicos, enfermedades cardiovasculares y 
					alteraciones del sistema inmunitario. La disminución del 
					rendimiento escolar o profesional, los accidentes laborales 
					o de tráfico, ciertas conductas antisociales, la tendencia 
					al abandono de las ciudades, la pérdida de valor de los 
					inmuebles y un largo etcétera son algunas de las 
					consecuencias.  
					 
					Un informe especializado en este asunto advierte de que no 
					es casualidad que los países y regiones menos desarrollados 
					sean también los más ruidosos. Como muy acertadamente indica 
					la etimología latina (rugitus, rugido) del vocablo 
					castellano, la función de la percepción del ruido por los 
					animales, incluido el hombre, es la alarma. En contraste con 
					ello, la de los sonidos no ruidosos es la comunicación.  
					 
					La Ciudad Autónoma ha presentado su encuesta sobre los 
					efectos del ruido en la población donde se revela que no 
					existen en Ceuta zonas libres de este fenómeno y que el 60% 
					de los sonidos externos que causan molestias a la población 
					proceden de vehículos y ciclomotores y, además, se 
					confecciona un Mapa de Ruido para delimitar la especial 
					incidencia en previsión de actuaciones más concretas.  
					 
					El Gobierno apuesta por reducir los sonidos externos que 
					causan problemas a los vecinos y, para eso, se confecciona 
					una ordenanza sobre el ruido que puede estar lista para el 
					próximo año 2009. Y es que verdaderamente los niveles de 
					sonidos molestos en la ciudad son evidentes en determinadas 
					zonas. Actuar con eficiencia empleando mecanismos válidos 
					para limitarlos es una muy buena iniciativa. 
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