Los efectivos de la Unidad de Intervención (UIP) de la
Policía Nacional se vieron obligados ayer a cerrar algunas
de las puertas de acceso al polígono del Tarajal ante la
avalancha de porteadores. Los comerciantes padecieron una
jornada aciaga en las ventas. La actuación de la Policía
propició que la entrada de clientes al recinto fuera mínima
por lo que la actividad comercial fue ayer casi nula, según
los empresarios.
El polígono del Tarajal registró en la mañana de ayer una
“aglomeración inusual” de porteadores que provocó alguna que
otra avalancha y dio bien de trabajo a las unidades de la
Policía Nacional desplazadas allí. Estos movimientos
descontrolados de la gran masa provocaron caídas entre los
porteadores. Pese a que las ambulancias tuvieron que
personarse en la instalación los incidentes no derivaron más
allá de rasguños y heridas leves entre los porteadores.
La masiva presencia de porteadores se explica, según fuentes
policiales, por la cercanía temporal con la pascua del
cordero musulmana y el puente de la constitución. El
objetivo es hacer la mayor cantidad de viajes posibles en
víspera de estos periodos festivos en los que la actividad
en el polígono decaerá sensíblemente.
La Policía Nacional, como está estipulado en el plan de
actuaciones de emergencia, selló las entradas del polígono
de la Fase I y Fase I y la Chimenea. La intención era evitar
la entrada de más porteadores ya que el Biutz era incapaz de
absorber tal actividad y comenzaron a producirse
aglomeraciones en las calles.
Los comerciantes de las naves del Tarajal son la otra parte
de la historia. El ‘cierre’ del polígono impidió a los
habituales clientes de los almacenes poder ir a comprar. “Ni
podían entrar ni vehículos ni personas. Total que nos hemos
pasado más de media mañana cruzados de brazos”, afirmó
Fernando Núñez, presidente de la I Fase.
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