Ha sido la de uno de esos chavales
anónimos, que en el mundo del fútbol no tenía ningún nombre
y ninguna fama. Jugaba en la regional. En un campo con el
terreno de juego poco cuidado, con poco público y sin una
ficha de muchos ceros.
Fue en Valverde del Camino y un chaval de 22 años moría
haciendo aquello que le gustaba, jugar al fútbol por
afición, para divertirse, pero sin pensar, en absoluto, que
iba a poder vivir de esto.
La pregunta que ahora se comienzan a hacer muchas personas
es ¿De qué ha muerto?. Más de uno nos dirá que la muerte no
hace distinciones y que, también, profesionales bien pagados
y “bien cuidados” han perdido la vida en un terreno de
juego.
Eso es cierto, pero intencionadamente he dicho “bien
cuidados” (con comillas), porque de esas muertes no ha
habido o no se ha sabido que hubiera unos resultados claros
y concluyentes, por lo que para muchos, no conocedores del
mundo de la medicina, ha quedado más de una sospecha que,
nosotros en particular, no estamos capacitados
científicamente para abordar aquí.
En el caso que nos ocupa hoy “ el cuidado” puede venir por
otro lado, y muy especialmente cuando en las categorías no
profesionales, hay cientos de veces, en Ceuta también, que
las fichas se tramitan de una forma muy particular, cuando
algunos de los que se denominan “trabajadores del fútbol”, y
que sirven muy bien para llevar las equipaciones, sin miedo,
sin tacto y, a veces, sin sentido común, tramitan una ficha
falsificando la firma de un médico, o poniendo la firma de
ese médico no de puño y letra, sino del correspondiente
tampón, que circula de mano en mano, por ahí, con lo que
tenemos que esa licencia tramitada y, en apariencia, con
todas las de la ley, no fue rellenada por el especialista en
cuestión.
Desconozco en qué situación y cómo se había tramitado la
ficha del jugador ese de Valverde del Camino, y lo que sí
lamento es que, de la forma que haya sido, se ha segado la
vida de un joven que estaba tratando de pasar la tarde del
domingo, haciendo deporte, practicando su deporte favorito,
el fútbol.
Y como más vale prevenir que curar, ahora mismo, y con el
cargo recién estrenado yo le pediría al nuevo presidente de
la Federación de Fútbol de Ceuta que exija a todos los
equipos de las categorías inferiores de fútbol de Ceuta que
sus jugadores pasen el reconocimiento médico, de una manera
seria y de verdad.
Hemos visto como en la nueva reestructuración de la
Federación hay caras nuevas, no entro en si eso está bien o
mal, pero en lo que sí entro es en que me parecería
bochornoso que Antonio García Gaona diera demasiadas
confianzas a personas que han hecho parte de su vida en el
fútbol con el dominio de la trampa, y que al estar dentro
tendrán patente de corso para romper las correctas normas
que deben imperar en los organismos federativos.
Afortunadamente, Ceuta está teniendo suerte en cuanto a
problemas de verdad, en lesiones de carácter grave o
irreversible, espero que con más atención y con una buena
revisión médica no tengamos que lamentar accidentes, como el
de Valverde del Camino.
Y es que ahora, en las inmediaciones de donde ha habido ese
suceso, todo van a ser buenas intenciones, lamentos y
soluciones aparentes, pero en cuanto hayan pasado unos días,
eso se olvida y la desatención a las categorías inferiores
seguirá como antes.
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