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El Estado y la Ciudad Autónoma de
Ceuta suscribirán un nuevo convenio, reeditando los que ya
vienen firmando durante los últimos años con el mismo
propósito e intención, para intentar atajar en el presente,
en el futuro y casi con efectos retroactivos las negras
sombra que el fracaso y el absentismo escolar siembran sobre
la formación de los ceutíes y, por lo tanto, sobre su
integración en el mercado laboral. La iniciativa es
triplemente gratificante porque es verdaderamente global. No
sólo se dirige a las generaciones que hoy cursan Educación
Secundaria, objetivo prioritario y habitual de este tipo de
iniciativas, sino que empieza por la Educación Infantil y
termina por los adultos que han llegado a la madurez sin las
competencias imprescindibles para conseguir un trabajo de
calidad, máxime con el peso que están adquiriendo para ello
las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación.
Dicho convenio, presupuestado en cerca de tres millones de
euros repartidos casi al 50%, lo que pone de manifiesto el
compromiso de ambas administraciones con esta problemática,
prevé poner la primera y la segunda piedra de la nueva
escuela infantil que se construirá junto al Centro de
Menores Mediterráneo, donde podrán escolarizarse casi 200
niños y niñas de entre 0 y 3 años. Convencer a los jóvenes
de que, como dijo la secretaria de Estado de Educación, Eva
Almunia, durante su visita a Ceuta, formarse adecuadamente
es básico para conseguir un buen trabajo y una buena
remuneración por él será parte de la misión de sus
profesores. Además, se implementarán medidas para atajar el
absentismo escolar en la adolescencia, la etapa en la que
más capital humano pierde esta ciudad. Por último, resulta
fundamental trabajar en la mejora de la capacitación de la
mano de obra femenina para reducir su altísimo nivel de paro
(aún mayor que la media local) y dar a aquellos que no
tuvieron o no aprovecharon su oportunidad para elevar su
nivel formativo la ocasión de enmendarse.
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OPINIÓN / EDITORIAL
