Y no es para menos, por cuanto su
grupo, que no partido, IU está en una situación tan delicada
que todo lo que sea subsistir, sin más, ya es un éxito.
De siempre he dicho que me gustan poco los partidos, porque
en ellos, en todos, siempre hay movimientos orquestados que
no toleran a quienes se apartan, ligeramente, de la
corriente más oficialista. A pesar de ello subsisten y con
altibajos van caminando y haciendo historia.
Pero lo que no me gusta nada son las coaliciones de grupos,
en las que cada jerifalte, con dinero o con votos, quiere
sobresalir por encima del que está a su lado.
El ejemplo más llamativo de coalición, que pasó por todo, en
los inicios de nuestra democracia, fue la UCD, que nació en
torno a una persona, Adolfo Suárez, que se sirvió de él, que
estuvo en el poder y terminó, en unas elecciones, de haber
estado formando gobierno a su desaparición.
Un partido no hubiera tenido ese recorrido, de ninguna de
las maneras y ahí han estado, perdiendo y ganando
elecciones, el PSOE seguido con altibajos y sin ellos, pero
ahí siguió. Igualmente le ha ocurrido al PP, formó gobierno,
tuvo mayoría absoluta, perdió las elecciones y ahí sigue.
Con IU ¿Qué va a pasar?. Lo que estaba cantado, que todos
los grupos que surgieron y se arrimaron al PCE creían que
entre todos iban a poder sacar tajada, pero mira por donde
han ido sucediéndose las distintas elecciones y el grupo ha
ido tan a menos que ahora no son capaces de sacar un líder
que sea la cabeza visible del grupo, y si no sacan un líder
es porque su credibilidad, hoy por hoy, es cero, con lo que
su final está muy cercano, si es que no ha llegado ya.
No me extraña el pesimismo de Musa, después de la IX
Asamblea Federal de la coalición, donde aparecieron las
ruinas que ha dejado Llamazares, un sucesor de Anguita al
que no siguió nada más que por la enfermedad del “Califa de
Córdoba”, y del que no fue capaz de alcanzar ni la
personalidad, ni la estrategia que Anguita tuvo para poder
ser ellos mismos.
Musa pone el dedo en la llaga, pero para eso no hacía falta
haber ido a Madrid, “ la formación está muy mal”. Mejor
debiera haber dicho que la formación, de hecho, ya no
existe, y por mucho que veladamente lo quiera decir, todavía
deja esa posibilidad de vida que se da a todo moribundo,
antes de entregar su alma, a Dios o al diablo:” Las
posibilidades de lograr una verdadera REGENERACIÓN de IU son
muy escasas”. Debiera haber dicho que no hay tales
posibilidades.
El problema está en la lucha abierta que hay por las cuotas
de poder, cosa que realmente me extraña, porque si dejamos
de lado Córdoba, cada vez más agotada ¿Dónde pueden hablar
hoy de poder para IU?.
Y que no ponga ahora, ni Musa, ni nadie de IU, la disculpa
de haber sido engañados por líderes del PSOE, porque de ahí
poco se podía sacar, y si bien es cierto que a nivel
nacional, como migajas, hubo 4 o 5 diputados que engrosaron
las filas del PSOE, no debe tener tan claro que con otra
línea hubieran permanecido en IU.
El grupo IU no es el PCE, en él entró el PCE, pero entraron,
también, otros grupúsculos de todos los colores y de todas
las tendencias, para formar un “refrito” que en poco tiempo
se les ha quemado.
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