Un Presupuesto prudente, acorde
con la situación económica que vivimos, austero y
comprometido con los más necesitados y con el adelanto de
inversión pública como medida anticíclica de manual de
Economía Aplicada para generar empleo, incrementar nuestros
ingresos e incentivar la actividad económica privada. En
suma, son palabras del Consejero de Hacienda, es “el único
Presupuesto posible en este momento”.
No ha debido ser fácil la configuración de unas cuentas con
tanta incertidumbre exterior relacionada con la economía por
la situación de crisis generalizada que arrastra casi
inevitablemente a momentos dramáticos de recesión. Para una
‘Autonomía-Ayuntamiento’ como la ceutí ha tenido que ser
harto complicado cuadrar por tener que someterse a la
legislación que veta a las Haciendas Locales el recurso al
déficit público que sí utilizará, claro, el Estado y las
Autonomías con mayúsculas.
Y aún peor, con recortes del más del 7% en las
transferencias estatales, los números de la Ciudad Autónoma
para 2009 han tenido que encorsetarse en un plan de
austeridad definido que contendrá el gasto prescindible
asumiendo, eso sí, el timón de la dinamización económica a
base de inversión pública de suficiente enjundia como para
reactivar la actividad, generar empleo y aumentar los
ingresos.
Pero además velando por el mantenimiento del compromiso en
el gasto social, es decir, con los sectores de la sociedad
más vulnerables ante esta galopante crisis que cabalga el
país sin apenas estribos en los que sostenerse.
En este documento es especialmente destable la innversión
pública en la que se destinará, de forma especialmente
sensible, a las barriadas de la periferia. Marcado con un
70% de la inversión sobre más de 100 millones de euros queda
clara la voluntad del Ejecutivo por acondicionar y dotar de
los mismos servicios públicos a los ciudadanos de esos
barrios en igualdad de condiciones que los que se disfrutan
en el centro de la ciudad; un lugar que no sólo es de los
que viven en él, sino que es patrimonio de todos los
ceutíes.
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