Hay que apagar el miedo de la
crisis y para ello, aunque parezca un contrasentido, la
Ciudad entra en su recta final para encender las luces
navideñas que, como en años anteriores, comenzarán a animar
las fiestas, con cierta antelación.
Aquí no parece haber crisis, lo de recesión en este
capítulo, todavía, no se da y la empresa Ximénez, que desde
hace años es la encargada de iluminar todas las fiestas de
Ceuta, pedirá a todos los dioses y a todos los cielos que
Ceuta siga, al menos, como está, porque la pérdida de un
cliente de este tipo haría tambalearse las estructuras de
cualquier empresa, incluso tan solvente como esta.
Durante bastantes días, el personal desplazado a Ceuta `por
la empresa de iluminación ha ido preparando toda la
infraestructura, para ahora ya, en muy pocos días, tener el
montaje al completo y poder exhibir el modelo que nos
traigan este año, desde el día 1 de diciembre.
Menos de dos semanas y ya, como metidos en la Navidad. El
encendido será el pistoletazo de salida que cambia, por
completo, el ambiente nocturno hasta el día de Reyes.
Ahora bien, en épocas como esta, no nos faltarán expertos en
la “falsa progresía” que traten de salir al paso con
críticas por estos “despilfarros”. No voy a compartir esa
opinión, ni tampoco la de aquellos sectores de la Iglesia
Católica que, año tras año, vienen criticando los gastos
excesivos, para ellos, a lo largo de estas fiestas, al
tiempo que manifiestan que el mensaje de Cristo no vino para
alabar a los ricos, sino para rescatar a los humildes, y
respetar se lo voy a respetar, pero no compartiré tampoco
esta opinión, en su totalidad, por cuanto aquel nacimiento
en un lugar humilde no fue elegido intencionadamente, sino
que fue debido a algo extraordinario, por una serie de
desplazamientos masivos, para censarse, con lo que la ciudad
se había abarrotado y no había alojamientos para todos. No
hubo otra cosa, y estoy dentro del evangelio del propio San
Lucas, con lo que tenga de cierto o de puramente literario.
Por otra parte, los tiempos han pasado, el progreso de la
humanidad ahí está y, en estos momentos, en occidente, ni el
mismísimo Cristo hubiera defendido esa pobreza a ultranza
que acarrearía más pobreza.
Por ello, vuelvo a la iluminación, y vuelvo al gozo que a lo
largo de varias semanas se va dando en el ambiente. Es otra
cosa, y mucho más cuando ves que tu ciudad, si la comparas
con otras, está, por lo menos, a la misma altura, o incluso
más alta que las demás.
Y es que este ambiente tiene como telón de fondo el
nacimiento de Cristo, un poco más al fondo la fiesta del sol
naciente y en la realidad actual, lo que hoy tenemos son
unas fiestas comerciales, que permiten levantar un poco la
cabeza a los comerciantes, tras los difíciles meses de
octubre y noviembre, en los que han tenido que soportar el
peso de la resaca del veraneo y, a continuación, todo lo que
conlleva libros y uniformes de los colegios de los niños.
Es un paso nuevo, un giro de tuerca y un volver a empezar,
con eso que será, también, el comienzo del año.
Un nuevo aire navideño para estos días, un trabajo que ahora
va a marchas forzadas con los operarios de Ximénez
Iluminación, y los comerciantes, como es lógico, todos
ellos, frotándose las manos porque están llegando los días
de trabajo de verdad.
Luces, árboles, turrones y regalos con el nacimiento de
Cristo – Dios que hacen felices a muchas personas, creyentes
o no.
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