La hermana de un hombre ingresado en el hospital del INGESA
con un cuadro de infarto denunció ayer que los sanitarios
del centro sacaron de la cama y de la habitación durante dos
horas para atender a otro paciente que sufría un infarto.
“Estoy indignada. Esas no son maneras de tratar a un
enfermo”, añadió la hermana del afectado.
El enfermo es un Policía de 53 años que, según su familiar,
tenía alta el azúcar y tuvo un amago de infarto.
El traslado, al pasillo del hospital, fue para este y otro
paciente más, encamado también. “Nos decían que no había más
camas”, apostilló la denunciante.
Todo esto ocurrió en una de las habitaciones de la tercera
planta del hospital entre las 14.00 y las 16.00 horas de la
tarde de ayer.
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