La Ciudad no ve otra posibilidad como mejor. Ayer, miembros
destacados del Gobierno de la Ciudad circularon a pie por
las calles del centro para evaluar las posibles rutas que
podría tomar el autobús de la línea del Centro. Una cosa es
segura y es que se reestablecerá el servicio varios años
después de que se suspendiera con el fin de acometer los
trabajos de peatonalización de la calle Real. Esta
peatonalización, tal y como advirtió la portavoz del
Gobierno, Yolanda Bel, hace unos días en el periódico,
podría quedarse en semipeatonal. Y se quedará así.
Ayer se celebró una reunión entre el presidente del Consejo
de Administración de Procesa, Guillermo Martínez, y los
sectores implicados en el asunto, vecinos y comerciantes.
Sin embargo, el gerente de la empresa de autobuses Hadu
Almadraba, tuvo que ausentarse debido a motivos personales.
Aun así, se sacaron bastantes cosas en claro. La primera, el
descarte de una posible ruta del autobús, la que uniría
Millán Astray con la calle Real pasando por Plaza de los
Reyes, Beatriz de Silva y Teniente Arrabal. Es imposible, no
lo permiten los técnicos. Hubo una segunda opción; que
además se estrenaba, pues hasta el momento no se había
hablado de ella: que el autobús pasara por Fructuoso Miaja,
la calle paralela entre la Marina y la calle Real. Pero esta
opción está casi descartada también. En primer lugar, los
técnicos tendrían que dar el visto bueno, ante los
desniveles de la calzada; en segundo lugar, habría que
eliminar bastantes aparcamientos; y, en tercer lugar, habría
que hacer obras que la Ciudad no ha contemplado en sus
presupuestos.
Descarte tras descarte, al final siempre juega la misma,
esta es, la calle Real. No hay otra solución más efectiva.
El Consejo de Gobierno va a tratar hoy este asunto y, si no
anuncia ya la medida, sí va a señalar que el servicio de
autobús va a quedar reestablecido para el centro.
La calle Real se va a convertir en semipeatonal y sólo van a
tener acceso a ellas los propietarios de garajes y los
autobuses de Hadu Almadraba. Se ha pensado que un sistema de
pivotes manejados por control remoto -es decir, un mando que
hiciera subir y bajar los pivotes- sería la única manera de
controlar el carácter semipeatonal de la calle. Además, se
instalarían cámaras de vídeo para impedir cualquier fraude.
Los más perjudicados, los comerciantes; los más
beneficiados, los vecinos.
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