Llegan siendo unos pequeños seres que no hablan y sólo ríen
o lloran. Y se marchan formados, siendo adultos, y con
grandes capacidades, dentro de sus limitaciones, para
desarrollar una vida normal y lo más completa posible.
A pesar del estereotipo marcado por una sociedad etiquetada
e ignorante, el Síndrome de Down es una discapacidad
psíquica con cierto grado de retraso mental, facciones
características y, con frecuencia, los enfermos padecen
defectos cardíacos y otros problemas de salud. Lo que no
significa que no puedan o tengan denegado ese derecho a la
educación y a la realización personal y profesional. De ello
se encargan con esfuerzo y constancia, no sólo familiares y
amigos, sino el equipo de profesionales de la Asociación de
Síndrome de Down de Ceuta, que abre sus puertas y sus
servicios a todos los sexos, edades y religiones con un
amplio proyecto de preparación social. “Por la mañana
trabajamos con adultos que no están en el sistema educativo
y no tienen donde ir. Este año tenemos siete chicos y chicas
entre 26 y 40 años y los formamos desde las nueve de la
mañana hasta el mediodía”, explicó Marina López,
psicopedagoga de la asociación y coordinadora del centro.
Desde tempranas horas los usuarios desarrollan al máximo sus
capacidades con programas de Cálculo, Desarrollo
Lingüístico, Conocimiento del Medio, Habilidades
Sociolaborales, Educación Física, Informática y
Manualidades. “Aunque varían los niveles dependiendo de la
necesidad de cada paciente”, sintetizó la experta. Uno de
los conocimientos básicos que a los adultos se les refuerza
es el “manejo del dinero” a través del Taller del Euro
porque “les cuesta mucho entender los céntimos, las sumas,
las restas y los cambios”. Para estimularlos a nivel
cerebral se trabaja el programa de lógica matemática y la
lecto-escritura y “siguen aprendiendo. Las personas con
Síndrome de Down antes se daba por supuesto que estaban
limitadas y hemos comprobado que no en muchos estudios sobre
el tema. Por ello es importante seguir estimulando para
conseguir un mayor aprendizaje”, acreditó.
La herramienta informática es otro de los detalles que no se
escapan en la tarea educativa de los usuarios del centro, ya
que “les gusta mucho y viene muy bien porque se sigue
reforzando lo que es la lectura y la escritura”. Todos estos
campos de trabajo fomentan la preparación social y el nivel
de integración de este colectivo a la hora de enfrentarse a
un posible empleo, ya que varios ceutíes participan en el
Plan de Empleo de la Ciudad.
Cuando va cayendo el sol el alegre escenario adornado con
cariño y colorido para una estancia más agradable sigue
siendo el mismo pero los usuarios de la Asociación de
Síndrome de Down varían. Llega el turno de los pequeños, los
que todavía no han asistido a la escuela o los que van a
ella y no mantienen el ritmo del resto de sus compañeros y
necesitan una ayudita más. “Tenemos bebés desde cero años;
los padres les traen para incitarles desde que tienen uno o
dos meses y les acogemos en el programa de Atención temprana
para estimularles desde pequeños. Se les mueven con
delicadeza los brazos, las piernas y se les acarician los
mofletes para que mantengan la lengua dentro de la boca”,
describió Marina López.
Logopedia, apoyo psicopedagógico, habilidades sociales e
incluso actividades de hidroterapia e hipoterapia sirven
para entrenar y reforzar los conocimientos que en edades
tempranas se van mostrando a los niños. Claro está que “como
a cualquier pequeño, no les gusta repetir una y otra vez, y
menos las matemáticas o el lenguaje que es lo que más les
cuesta. Entonces es cuando intentan desviarte hacia alguna
historia y evadir responsabilidades”, sonrie la
psicopedagoga.
Acreditado está que “responden bien, trabajan en el colegio
y fuera de él e intentan esforzarse como cualquier otra
persona. Sólo que la logopedia se sigue trabajando desde
pequeños porque es su mayor problema”.
|