Se me olvidó dedicarte una
historia, y no te olvidaré mientras viva, era una carta de
una señora mayor de nombre Raimunda, era ya tan triste y
sola que se le cayó un sobre con su vivencia, ay mi Fatima
que ya no me acompañará por las mañanas, quien me sacará a
la calle a pasear, si no fuera por mi Fatima estaria
encerrada en una habitación, y entre todas mis amigas y
familias, mi criada es la mejor. Fatima que era hija de un
cabo de Regulares, de los tiempos del Protectorado, que su
marido estuvo en la Guerra Civil, al terminar la contienda
se quedó en Ceuta, Fatima era la fiel sirvienta de Raimunda
Raimunda era tan centenaria en tierra africana, que su
marido estuvo en tiempos del Alto Comisariado Español en
Marruecos, Fatima sacame a la calle a ver como ha cambiado
Ceuta, vamos a bajar al mercado, quiero ver la Plaza de los
Reyes, el Paseo del Revellín, la cuestecita de Calle Real, y
esperame un momentito que se que una fuente de luces de
colores, tiene unos bancos para escuchar una musica que
parece celestial. Fatima se ata su pañuelo, Fatima se pone
su chilaba Fatima agarra del brazo a Raimunda y van cogidas
del brazo, en sus caras sienten las mañanas caballas,
pregonando los loteros, los ruidos de coches y motos Fatima
y Raimunda se cuentan recuerdos, ya tiene Fatima sus nietos
desfilando de Regulares, ay Raimunda si Chaib los viera,
como su abuelo, se estremecen las dos paseando por tierra
caballa, FAtima subia el escalón de La Campana, Raimunda
pedia sus pasteles y merengues, vamos a tomar el cafelito, y
me sacas un poquito que ya está atardeciendo, ella suspira
con su criada del brazo, viendo esas carreras de chiquillos,
cuando vendrán los mios a verme a traerme los nietos, lo que
he bregado por ellos Fatima, los estudios los libros, las
matriculas y las universidades, y me muero con la puerta
cerrada. Fatima se estaba poniendo mala, ay señora por Dios
ya no estoy como antes, tu tranquila que te llevo al mejor
medico, que tu eres mis pies, mis manos, mis ojos, yo te
llevo a donde sea.
Las dos sentaditas en su mesita, con la tele puesta, la mesa
recogida y sus quehaceres diarios, hasta mañana señora
Raimunda, hasta mañana Fatima, a la mañana siguiente la
señora Raimunda, daba sus fuertes voces para despertar a su
Fatima, ya no le escuchaba ya estaba en el cielo, dió el
aviso al telefono de urgencias.
Vino la ambulancia, los sanitarios le recordaban a Raimunda
, que ya no despertaria jamás su sirvienta. Lagrimas vivas y
llanto en su pecho, no llevarse, pero si se la llevais, yo
pago todos sus honores hasta Sidi Embarek, al dia siguiente
vinieron sus hijos y sus nietos, venga mama, venga abuela,
vamos a buscarte una Residencia de Ancianos, que tu ya no
puedes estar sola, que estas muy mayor o te vayas a caer por
la calle, venga vende el piso y nos repartimos el dinero y
estarás mas cuidada en la Residencia, iros al carajo maldita
sea, cria cuervos y te sacarán los ojos, ay mi Fatima por
que te has ido sin despedirte de mi, decia Raimunda, que
viendo como se habia quedado mejor se hubieran ido las dos
juntas, paseando por el mismo cielo.
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