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                     El estudio cualitativo sobre los 
					jóvenes de la ciudad autónoma de Ceuta encargado por la 
					Consejería de Juventud, Deportes y Nuevas Tecnologías ha 
					dado un paso más allá en lo que a las causas del fracaso y 
					el abandono escolar se refiere. Resulta que los ceutíes de 
					entre quince y veintinueve años consideran que tener unas 
					buenas relaciones sociales es bastante más importante que 
					lograr una buena formación a la hora de encontrar un trabajo 
					 
					El diagnóstico es acertado porque hace apenas un mes que la 
					secretaria de Estado de Educación, Eva Almunia, pasó por 
					Ceuta poniendo de relieve la importancia de hacer ver a los 
					niños y adolescentes la importancia de formarse 
					adecuadamente para encontrar trabajo primero y conseguir que 
					sea bueno y bien pagado después. Si los jóvenes ceutíes no 
					creen que estudiar sea útil es muy lógico que no le presten 
					la menor atención y, a la primera de cambio, dejen de lado 
					los libros. El asunto es más preocupante en tanto que deja 
					ante el espejo a una ciudad donde la mitad de los 
					trabajadores son funcionarios, esto es, deberían acceder a 
					sus puestos de trabajo por la vía de la concurrencia y el 
					concurso de méritos, sin que las denominadas “relaciones 
					personales” pesasen lo más mínimo en su llegada o no a 
					determinados empleos. 
					 
					Así las cosas, no es de extrañar que actualmente casi cuatro 
					de cada diez demandantes de empleo en Ceuta tengan menos de 
					30 años. Y el porcentaje no ha dejado de crecer durante la 
					última década, cebándose de una forma muy especial con los 
					jóvenes que tienen entre 20 y 24 años. En buena medida, 
					porque su nivel educativo tampoco ha dejado de crecer 
					durante el último lustro. Una vez más, informes 
					especializados vuelven a poner de manifiesto la imperiosa 
					necesidad de atajar de forma conjunta los problemas del 
					desempleo y el fracaso-abandono escolar. E ir más allá. Hay 
					que devolver al estudio y a la formación el prestigio que se 
					merece porque desde el enchufe se está mucho más cerca del 
					cortocircuito. 
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