El Festival Internacional de Jazz de Ceuta clausuró ayer la
decimocuarta edición de un festival triunfante y que
mantiene el nivel de ediciones pasadas y consolidado en lo
artístico. Tuck & Patti ofrecieron ayer la última lección de
virtuosismo ante un Salón de Actos del Palacio Autonómico
que, aunque no se ha llenado ningún día, ha presentado en
todas sus jornadas no muchas butacas vacías.
El matrimonio Tuck & Patti, con más de veinte años juntos
por los escenarios, demostraron ayer la consideración que
tienen de ser uno de los mejores dúos de jazz del planeta:
él a la guitarra y ella al micrófono, creando un sonido
suave, muy particular, escogiendo de aquí y de allá sus
influencias, que abarcan desde el rock a la clásica, pero
siempre con la plataforma para la improvisación que da el
jazz.
De hecho, la capacidad improvisativa de Tuck a las cuerdas
de su guitarra dio ayer algunos de los mejores momentos de
un festival por el que han pasado las bandas del
estadounidense Christian Scott y los nacionales Nono García
y César Giner, para ofrecer una visión bastante global de lo
que son las nuevas veredas de un género que se resiste a
encerrarse en sí mismo.
Tuck & Patti desgranaron temas de su último disco, pero sin
olvidar una selección acertada entre un amplísimo repertorio
que conforma nada menos que catorce trabajos desde que se
juntaron artísticamente.
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