“Aquí en Ceuta para trabajar, no sé, no soy la única que lo
dice, es por enchufe”. “Claro, claro, es que te vas, ahí [en
la Asamblea] tengo entendido de que esta mete a su amiga,
este mete a su prima, esta.... pues hombre, si no conoces a
una persona ahí no te meten”. Son dos frases de uno de los
seis grupos de discusión que sostienen el ‘Estudio
Sociológico sobre la Juventud en Ceuta. Un análisis
cualitativo’, elaborado por Sociópolis para la Consejería de
Juventud y aún no presentado públicamente. Entre otras
conclusiones, sus autores concluyen que los jóvenes creen
que tener relaciones personales es más importante que estar
formado para encontrar trabajo.
Los jóvenes ceutíes de entre 15 y 29 años están convencidos
de que “las influencias sociales” son más importantes que la
formación a la hora de encontrar trabajo “aunque piensan que
tener una buena educación es importante”. Esa es una de las
conclusiones más llamativas del estudio cualitativo
elaborado por la empresa Sociópolis para la Consejería de
Juventud, Deportes y Nuevas Tecnologías que aún no ha sido
presentado y a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso este
periódico.
Según los autores del voluminoso informe la juventud ceutí
cree que “la influencia de las relaciones personales y
sociales es fundamental para salir adelante y encontrar
trabajo en la ciudad”. “Consideran”, se explica en el
capítulo dedicado al análisis en grupos de discusión de
diferentes temas, “que las relaciones personales priman más
que el mérito propio a la hora de conseguir un empleo y que
existe un nepotismo significativo, especialmente en la
Administración local”, aunque al mismo tiempo “son
conscientes de que la formación puede abrirles más caminos
en el mercado laboral”.
Salir fuera, ni se lo plantean. “La salida de la ciudad en
búsqueda de empleo”, concluyen Rontomé y Cantón, que firman
en informe, “es contemplada como último recurso y con poco
entusiasmo. La mayoría prefiere continuar en la ciudad a
pesar de la escasez de trabajo o de su precariedad, dado que
piensan que fuera de esta se mantiene el nivel de
precariedad y además se deben enfrentar al problema de la
vivienda”.
Además, no confían en que la política sirva para
prácticamente nada en lo que a la solución de sus problemas
más acuciantes se refiere. “La política no les interesa,
aunque son conscientes de que les influye y de que son
necesarios tanto los partidos políticos como el gobierno
para el desarrollo del sistema democrático en el que sí
creen”, se apunta en el estudio, elaborado en dos fases: una
primera puramente documental y otra con seis grupos de
discusión moderados por un sociólogo.
Necesarios pero malos. Su imagen de los políticos es “muy
negativa” y reconocen “no saber” participar en política, lo
que los autores del informe consideran que “puede ser una de
las causas por la que tienen una idea tan negativa de la
misma”.
Ideología “de izquierdas”
“En general muestran poco interés hacia la política y hacia
los procesos electorales”, amplían los autores, que
comprobaron en vivo los principales reproches hacia la clase
política: corrupción, nepotismo y falta de conexión con la
ciudadanía.
Además, desprecian sin titubeos la disputa entre partidos,
que interpretan como “lucha por los propios intereses” y
rechazan las propuestas que consideran “oportunistas”, pero
a la hora de posicionarse en términos ideológicos lo hacen
como “de izquierdas”, aunque los autores entienden que “no
en un sentido estricto de partido, sino como tendencia de
tipo progresista”.
A pesar de ello, sus opiniones sobre temas concretos los
sitúan bastante alejados de esos parámetros: su visión de la
emigración, sin llegar a actitudes xenófobas o racistas, es
“negativa” y su discurso “duro”. “Piensan que debe estar
controlada y regulada, pero que los inmigrantes son
necesarios para realizar los trabajos considerados más
bajos”, se advierte en las conclusiones del informe, donde
también se pronuncian contra la institucionalización y la
externalización de la homosexualidad y contra el aborto.
Sobre Ceuta y sus circunstancias los jóvenes ceutíes opinan
que la convivencia entre las distintas comunidades “es
buena” pero que viven “de espaldas unos a otros”. “Existe
convivencia pero sin integración, cada uno vive su propia
cultura”, considera la juventud caballa, que cree que el
hecho de que el centro acapare la mayoría de los servicios
culturales, de ocio, recreo y reunión “profundiza en la
dicotomía centro-periferia”.
En sus ratos libres lamentan que “siempre hacen lo mismo”:
botellón, deportes, paseos, discoteca, música, televisión y
lectura, con distinta intensidad en función de su edad.
“Plantean que no hay muchos lugares donde ir, que falta
información para conocer la oferta cultural y de ocio y que
hay que trabajar más la participación juvenil”, reclama la
juventud.
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“Excesivo” sexo y ganas de emanciparse (con empleo y casa)
Como los de cualquier otra parte
de España, los jóvenes ceutíes quieren emanciparse, pero
sólo si se cumplen dos premisas: tener un empleo estable y
una vivienda, preferentemente en propiedad, ya que el
alquiler es considerado “un parche” cuando no “tirar el
dinero”. “Ambas cuestiones”, opinan los autores del informe,
“van íntimamente ligadas: sin ese empleo convenientemente
remunerado y sin ausencia de precariedad se opta por
retrasar la emancipación”. Esas mismas condiciones son las
que se ponen para asumir la “responsabilidad” de tener
hijos. Apuestan por la igualdad entre géneros y rechazan la
violencia doméstica. Además, creen que se debe poder tener
sexo con libertad “pero ven excesivas las relaciones que
actualmente presentan otros jóvenes” y critican su
“cosificación”.
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