Acabo de salir de una reunión en
la que se ha debatido el tema del medio ambiente de manera
bastante positiva en la que destacó los problemas de la
Central Nuclear de Ascó.
Los filtros de ventilación de la mencionada central nuclear
contienen elevadas dosis de radiación y partículas con plomo
que da que pensar.
Como no es el caso de nuestra ciudad, Endesa no es nuclear,
puede que no interesen a los lectores los problemas que dan
esas centrales nucleares al entorno ambiental, pero sí
debería preocupar su extensión hacia conglomeraciones
urbanas.
Sin embargo no es sobre este tema el que voy a extender mi
artículo sino sobre el medio ambiente de Ceuta.
Ya opiné, bastantes veces, la fuerte dejadez que existe en
nuestra ciudad sobre el cuidado del medio ambiente. Opiné
que sólo se centraban, precisamente, en el centro de la
ciudad los cuidados con exageradas acciones de limpieza
repetitivamente. Con ello no demuestra nada más que mantener
limpio el camino de las autoridades para que no se ensucien
las suelas de los zapatos.
Como se que el presidente de Septem Nostra no habla por
hablar y su preocupación es tal al seguir al frente de la
asociación en su lucha diaria por obtener lo mejor para
Ceuta en referencia al medio ambiente…, no está de más que
analice la situación desde mi óptica personal.
Durante largos años he estado trabajando en la modernización
de las estaciones del Metro barcelonés y uno de los
conceptos más sobresalientes era el destinado a mejorar la
calidad de las mismas en cuanto al medio ambiente.
Como no deben ignorar, las estaciones subterráneas tienen
miles de problemas ecológicos que afectan al ser humano de
manera bastante diferenciada. Por ello, las inversiones que
hace el Ayuntamiento barcelonés en materia de ese concepto
en los ferrocarriles metropolitanos son ingentes. Cuando no
puede cubrir ciertos gastos porque la financiación no les
llega, pasa el asunto a la Generalitat de Catalunya.
La ventilación y la limpieza de las estaciones son
primordiales, con mucho, y a ello se suma la sanidad de las
mismas, sobre todo en la eliminación de bacterias y bichos,
además de ratas y otros animalitos. Ello significa una
partida económica muy importante.
Con la referencia al Metro barcelonés he querido significar
que el presidente de Septem Nostra tiene razón al exponer el
tema de la financiación sobre el medio ambiente de nuestra
ciudad. No veo nada malo en su manifestación, no es nada del
otro mundo por lo que resulta sospechosa la actitud de la
Consejera del área. Esa actitud, poco diplomática para tan
alto cargo, habla a las claras que José Manuel Pérez Rivera
ha puesto el dedo en la llaga.
Que manifiesten luego que la Consejería de Medio Ambiente es
la segunda mayor inversión… con Urbaser en medio no
significa, absolutamente, que esa inversión sea destinada a
la mejora efectiva del medio ambiente general de la ciudad.
Puede significar otras cosas como la remuneración y demás
gaitas, pero no que se inviertan efectivamente en el
desarrollo de mejoras ambientales realmente.
Con que uno se de una vuelta por la periferia de la ciudad
tendrá la adecuada respuesta a la postura de José Manuel
Pérez Rivera, a quién valoro en su justa medida como
defensor de la ecología pura, y lo lógico es que si la
Ciudad no cuenta con la suficiente financiación para ello,
devuelva una competencia, que le viene demasiado grande, al
Estado que por sus recursos está suficientemente capacitado
para resolver la cuestión.
La irresponsabilidad es una calificación bastante
desviacionista de los verdaderos motivos que tiene la
consejera para hacerlo. No hubiera estado de más que, dada
la magnitud del asunto, hubiera respondido más técnicamente
y más en su papel, supuesto desde luego, de benefactora del
medio ambiente de la ciudad. Sólo había que echarle al tema
un poco de voluntad política y todo habría significado otra
cosa menos arisca. Recordemos, de paso, las manifestaciones
de Rajoy sobre el medio ambiente (no digamos las de Aznar)
para comprender que los peperos están poco por la labor…
¿qué le vamos a hacer?
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