Es con lo que se ha encontrado
estos días el PSOE de Ceuta, en ese intento de recrearse,
refundarse, o ponerse en funcionamiento, de una vez.
Mal haríamos si tomáramos partido por alguna de las partes
que intentan controlar, pero flaco favor haríamos, también,
a nuestros lectores, si no valoráramos el trabajo de una
serie de jóvenes, que han dado la cara, en los momentos más
complicados, presentándose, incluso, a unas elecciones,
cuando nada tenían que hacer.
Ahora puede ser el momento clave para, de una vez por todas,
demostrar que no son intereses particulares, sino conciencia
de partido, lo que lleva a moverse como se está haciendo.
Y que nadie se llame a engaño, Salvador de la Encina, a
quien no conozco personalmente, está trabajando en serio
para tratar de que estas siglas en Ceuta no sean el “hazme
reír” por no ponerse de acuerdo, aquellos que dicen ser
socialistas y que parece que no quieren lo mejor para ese
partido.
Salvador de la Encina ya ha tenido que poner en
funcionamiento, en unas condiciones similares a estas, el
PSOE de otra parte, al otro lado del estrecho y, una vez que
haya logrado que esto esté en orden, su experiencia le dirá
que aquí ya no tiene nada más que hacer, por lo que seguirá
con sus actividades parlamentarias.
Por encima de cuarenta personas han pasado ya por la sede
del PSOE para dar sus datos personales, DNI en primer lugar,
y tratando de quedar “censados” en la Secretaría de
Organización.
Además, aquellos que pasaron por la sede del PSOE, no fueron
para perder el tiempo, puesto que solicitaban la
documentación que acreditaba que habían estado allí y no de
visita.
En pocos días sabremos cuantas altas, y cuantos son los que,
de hecho y de derecho, han sido aceptados y pertenecen, con
todas las de la ley, al partido.
Tranquilidad, tranquilidad no hay, y el hecho de seguir
escindido el grupo en dos partes, más que favorecer, está
poniendo zancadillas a todo lo que debiera ser avance del
partido.
Estamos en los primeros compases de lo que vamos a llamar “
el renacimiento” del partido aquí en Ceuta, tras haber
estado más de un año disuelto.
Esto es lo incomprensible, que todo un gran partido, que es
el que gobierna nuestro país, en una ciudad de menos de
100.000 habitantes esté roto, se haya quebrado y que no sean
capaces, los que se lo dejaron romper, de permitir que
otros, con o sin ellos, lo pongan en funcionamiento.
Y ahora se debaten dos alternativas, que por atender a la
forma, pueden hacer que el fondo se deteriore más, el hecho
de que los Estatutos no prevén la refundación de ninguna
Federación –la de Ceuta no va a perder sus derechos como
tal- el haber tomado una vía en vez de otra, aquí se ha
tomado la de la Asamblea Constituyente, en vez de la del
Congreso.
En todo ello, y por algo están quienes están al otro lado,
lo único que se hace es marear la perdiz con disquisiciones
de leguleyos, que tienen paralizada una marcha que el
sentido común exige, ahora, más que nunca.
De la Encina reconoce que este proceso es único, porque
nunca se había dado una situación similar, pero que es
absolutamente legal, según los Servicios Jurídicos del PSOE.
Tenía que pasar en Ceuta.
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