No todos los dias es nuestro
cumpleaños, nuestra onomástica y claro entre medias
intentamos celebrar siempre algo y por fuerza, yo conozco
muchos que cogen la priba y aunque no sea una vez al año. A
los que se marcharon para siempre, a los que les dedicamos
un recuerdo, para mantenerlos siempre presentes, alguna vez
decimos “esperame en el cielo”, fueron algunos de manera
trágica, inesperada, sufrida o sin enterarse, o de la mas
inverosímil manera, en el inicio del mes de Noviembre, se
les hace su homenaje, si por alguna manera son nuestros
seres queridos, es porque lo fueron en vida, y yo soy firme
partidario de que, las cosas hay que hacerlas en vida, que
ese homenaje, detalle o sentimiento, de esa forma lo perciba
y agradezca nuestro amigo,pariente o famliar mas cercano.
Esos reconocimientos por muy insignificantes, se agradecerán
de por vida, de nada servirá que en el primero de Noviembre,
se peleen las gentes en las colas de floristas, se quiten
los ramos unos a otros, que luego se ofreceran a los
difuntos, mas de uno dirá desde el mas allá, no me ofrezcas
flores que han sido peleadas, se ven esos grandes
desembolsos, ramos de grandes que no caben en los coches, en
los autobuses y en los taxis. Luego vienen las consabidas
divisones de familias de cada uno por su lado, en vez de ir
como son , juntos en familia, pero mejor por separado, para
asi destacar sus ramos y anticiparse, al que llega después,
que asi vea que se lo ha encontrado todo hecho… Hace ya la
tira de años que dejé de ir por Noviembre al Campo Santo,
quizá por que eso de ir en fechas tan señaladas como que
imaginaba todo muy solemne y mistico, de eso nada aquello
parecia una feria, quizá por que los mediterraneos que
somos, tengamos ese arraigo a denominar y realizar las
costumbres, de tan peculiar manera o sea metiendo los coches
casi en los panteones, sin olvidar las divisiones de
opiniones en el interior del cementerio Santa Catalina, unos
chismes, unas guasas, risas mofas y chorros de aguas de las
mangueras , para coger las escaleras y los niños
correteando. Por algunas esquinas, patios y callejones,
habia muchos ciudadanos con la pena reciente escrita en sus
caras, el semblante serio, y de lejos los vocerios
alrededor, en medio uno reza y medita a la tumba de un ser
querido.
Eso a mi me marcó, me entró una tristeza muy grande,
recuerdo a pasar por los nichos recien terminados, y de
refilón habia los nombres de los que yacian alli, conocidos,
amigos y muy jóvenes. De los enormes ramos de flores,
grandes y blancos, que tienen su peso en billetes por no
decir de oro. Para mi eso no vale nada, Quizá nadie se paró
a pensar si en vida, se habian preocupado por los suyos, si
le hicimos regalos, si hablamos alguna vez con ellos, si en
los dias de lluvias y tormentas, fuimos a verlos, espero que
en el recuerdo de la memoria perpetua, los cariños lo
hacemos en vida, como muchos que en noviembre han corrido
con las flores a mansalva, a dar sus golpes de pecho,
volvereis el año que viene, y no es justo.
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