Lleva ya muchos años el
coordinador de la coalición IU en Ceuta, Mohamed Haddu Musa
y, en todo ese tiempo, lo más destacado que ha podido lograr
ha sido la coalición con el grupo de Mohamed Alí, para ser
la segunda fuerza política en la Asamblea de Ceuta.
Poca cosa, podrán decir, desde fuera, los que no conocen los
entresijos de la política, especialmente la ceutí, pero
tampoco se puede pedir más a este coordinador, que además de
tener que luchar en busca de votos con los propios
correligionarios, tiene que intentar que el grupo siga ahí,
con más dificultades que ningún otro.
Para muchos, ser un grupo con representación a nivel
nacional puede tener ventajas, pero no creo que esas
ventajas repercutan en Ceuta, ni repercutirán en mi pueblo,
en Guadalajara o en Lorca, puesto que IU es una amalgama de
grupos con orígenes e ideologías tan variopintas que tendría
que hacer un milagro cada dos horas su coordinador para
poder tener de acuerdo a todos, dentro del grupo, y tendría
que ser un sabio de las relaciones políticas para poder
aunar una mínima relación con los grupos de fuera.
A Musa no le podemos pedir mucho más y no dudo de ese
“cierto cansancio” al que se refiere, porque “ no se puede
seguir así”, y la coalición tiene los días contados.
La puntilla, si somos sinceros, la recibió IU el día que
Julio Anguita, por cuestiones de salud, se tuvo que apartar
de la política y, en honor a la verdad, aunque a veces
pudimos tildarlo de visionario, Anguita sabía el terreno que
pisaba y hasta donde y por donde podía llegar.
Sin él IU entró en la uvi, especialmente cuando un
Llamazares, mirando más a las estrellas que al suelo que
pisa, y con un discurso gastado, nunca supo hacia donde ir
por el camino recto, con lo que todo su argumento estaba en
ver a la derecha como el coco, sin saber, o sin conocer, los
problemas internos que él tenía en su propia casa.
Volviendo a Musa, parece que tiene decidido dejar su cargo,
a principios del próximo año. El ha pasado ya 8 años, lo
equivalente a dos legislaturas, al frente de la coalición y,
nada más y nada menos que, en Ceuta. El mérito ya lo tiene,
incluso sin haber logrado nada.
Y antes de irse habla de un “cambio imprescindible” en su
partido. Se equivoca, IU no es un partido, como en su día,
tampoco, lo fue UCD. En IU hay una serie de grupos
ideológicamente muy distanciados algunos entre sí, y unidos,
exclusivamente, para “hacer bulto” en conjunto, puesto que
aisladamente nada harían cada uno por separado.
Ceuta, en IU, tiene siete votos que van a utilizar en la IX
asamblea federal que va a celebrar la coalición el próximo
fin de semana en Madrid.
Todos tienen derecho a celebrar sus reuniones o asambleas y
todos tienen derecho a utilizar sus slogams, más llamativos
que operativos. Estos van por:” Respuestas por la
izquierda”. Lo que no sé es a qué preguntas responden esas,
si a las de fuera o a las que dentro mismo está pidiendo la
coalición.
Musa dice que no se va por solidaridad con Llamazares, yo
diría que se va por solidaridad con él mismo, puesto que
aquí ni puede ejercer, de verdad, la política, ni tiene un
terreno abonado para poder ejercerlo. “En este momento y
después de ... tener representación institucional, puede ser
positiva la llegada de gente nueva”, dice el propio Musa.
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