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Indudablemente contar con Alvaro
Siza en Ceuta. Verlo pasear por sus calles, pendiente de
cómo marcha su obra en pleno corazón de la ciudad es un
verdadero lujo. Por si alguien no tiene constancia, por
desconocimiento o por, sencillamente, poco interés por la
arquitectura o por el arte [si es que pueda aplicar eso de
sencillo], Alvaro Siza es un personaje de muy reconocido
prestigio internacional, no en vano ostenta el Premio
Arquitectura Contempárea de la UE, la Medalla de Oro de la
Arquitectura y el Prizker que es asimilable en este ámbito
al Premio Nóbel entre otros muchos. Para más consideración
Alvaro Siza ha sido galardonado con la Real Medalla de Oro
del Royal Institute of British Architects de este año. El
premio RIBA le será entregado Febrero de 2009, un galardón
que le otorga nada menos que la Reina de Inglaterra.
La de Siza es una arquitectura en la cual la economía de
medios expresivos se combina con una abundancia de
revelación espacial. Así es claramente el complejo cultural
que lleva su nombre en la Manzana del Revellín. Podría
parecer un espacio pequeño para los supuestamente grandes
edificios incrustados en el espacio, pero no. Ahora que ya
se alcanza más del 75% de su construcción se aprecia
claramente la impresionante combinación de luz, espacios y
volúmenes. Pero lo mejor de todo es que finalmente Ceuta, en
las postrimerías de 2009, podrá contar con una obra
magistral que dará relumbre a la ciudad porque no todas en
España, ni en el mundo pueden decir que dispongan de un
complejo diseñado, ideado, proyectado y ejecutado por un
maestro de arquitectos.
Y de nuevo por Ceuta, Álvaro Siza ha visto evolucionar su
proyecto y visto crecer y mejorar su entorno bien adaptado a
la sorpresa que será la apertura al público de este espacio
de uso cultural. Sorpresa por lo que podrá descubrirse y
disfrutarse de una infraestructura tocada y amasada por las
manos de una eminencia mundial puesta aquí en Ceuta.
Verlo pasear por el Revellín hacia arriba y conocer el
legado que dejará, en lo que históricamente fue un
lamentable derribo desde finales de los 80, es todo un lujo
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OPINIÓN / EDITORIAL
