Es insultantemente joven pero ello no es óbice para que
rezume valores tan importantes como el juego limpio, el
compañerismo, la amistad o el esfuerzo. Es Mariano Vallejos
Mares, estudiante de segundo de bachillerato y recientemente
proclamado subcampeón en el concurso nacional de ortografía.
“Aunque no haya conseguido ganar, mi participación ha sido
brillante”, reconoce este joven ceutí que podría ser ejemplo
para muchos en una ciudad donde la educación es sinónimo de
fracaso escolar. Mientras contestaba a las preguntas sólo
tenía una cosa en la cabeza, dejar bien alto el pabellón
ceutí en una prueba donde estaban los mejores de cada
comunidad autónoma.
Pregunta.- Segundo clasificado en el Concurso Nacional de
Ortografía es un gran logro. ¿Cuáles son las sensaciones
varios días después de la conquista?
Respuesta.- Aunque no haya conseguido ganar creo que mi
participación ha sido brillante. Para mí lo más
impresionante ha sido que cada vez que me sentaba en el
ordenador para contestar a las preguntas tenía sobre mí el
letrero con el nombre y la bandera de mi ciudad, Ceuta. Allí
yo no era Mariano, era el de Ceuta y lejos de molestarme me
daba más ánimos para continuar. Ver que mi comunidad estaba
en todo lo alto me dio alas. Intenté cumplir una promesa que
hice hace tiempo cuando gané la olimpiada de biología de
Ceuta y participé en el certamen nacional. En aquella
ocasión no pude dejar el pabellón bien alto pero ahora estoy
satisfecho por el resultado.
P.- Durante toda la prueba fuíste primero pero en el
sprint final la victoria se escapó...
R.- Sí, es como los corredores que se duermen en los
laureles. Cuando me ví en la final entendí que había
cumplido ya un objetivo. Creo que internamente me relajé un
poco. Me leían las palabras, las conocía por que las había
escuchado cientos de veces pero fallé. Resulta curioso,
antes de la final la televisión me preguntó cuáles iban a
ser las claves y yo aposté por la suerte. Mi rival dijo que
la preparación de cada uno.
P.- ¿De dónde sale eso de defender la inclusión de un
‘rival’ dentro de una prueba en la que participas cuando la
organización lo había dejado fuera?
R.- Sinceramente allí no existió espíritu de competición.
Todos estábamos satisfechos por el logro de haber llegado
allí. Cuando vimos esta situación pensamos que podía ser el
ordenador el que se había equivocado, por qué iba a quedarse
fuera aquel chico. No sé, me sentí lleno del espíritu
olímpico, me importaba más que le dejaran participar que
poder ganar.
P.- ¿Cómo ha sido el trato recibido con los
representantes del Ministerio de Educación?
R.- Ha sido un trato muy cercano, han estado muy atentos con
nosotros.
P.- Imagino que en esas conversaciones informales que
habréis mantenido habrá salido a relucir el fracaso
escolar...
R.- Esta actuación debe ser un aliciente para los demás. Los
datos que salen en los medios no son nada buenos y es
necesario mejorarlos. El mensaje que puedo transmitir es que
llegar a ser segundo en un concurso como este lo puede hacer
cualquier ceutí si se esfuerza. No soy ningún extreterrestre
ni un superdotado. Todo lo he conseguido con esfuerzo y
trabajo. Nadie me ha dado nada. Cualquiera puede conseguir
algo si se lo propone.
P.- ¿Cuáles son tus aspiraciones educativas?
R.- Quiero acabar el bachillerato este año, hacer la
selectividad y estudiar Medicina. Estoy mentalizado de que
tendré que moverme de Ceuta y eso no me supone ningún
problema.
P.- ¿Aumentaría la motivación de los estudiantes de Ceuta
respecto a los estudios superiores si esta ciudad contara
con un campus?
R.- Por su puesto. Un campus universitario sería lo idóneo
para agrupar estos estudios. Pienso que podría poner a esta
ciudad más alto de lo que está y ser incluso un punto de
referencia para el entorno.
P.- ¿Qué piensas de los estudiantes que no facilitan la
labor del profesor en las aulas?
R.- La educación es cuestión de interés, si uno tiene
ambición y se marca unas metas sabe lo que tiene que hacer
para conseguir cosas: estudiar. Cada uno sabe el camino que
quiere seguir. Soy de los que piensa que todas las personas
somos iguales, ni listos ni tontos. Ocurre que hay gente con
más interés o con menos. El que se quiere esforzar lo hace.
P.- ¿Tienen los estudiantes de ahora las mismas ganas por
seguir su formación a pesar del pesimismo y de la crisis?
R.- La crisis nos preocupa también a los estudiantes.
Personalmente a mí la crisis no me retrae de las ganas de
estudiar.
P.- ¿Cómo afrontas la selectividad que tendrás delante
pronto?
R.- Desde el colegio he tenido siempre muy buenas notas.
Creo que tengo un buen colchón para la selectividad. Además
me va a hacer falta por que la nota de corte de Medicina es
exigente. En selectividad intentaré esforzarme para
conseguir la nota más alta posible, en cierta forma para
dejar el pabellón ceutí bien alto.
P.- Por las conversaciones que has podido mantener con
los representantes de otras comunidades ¿Qué conocimiento
tienen de la realidad de Ceuta?
R.- Ceuta resulta exótico a la gente. El hecho de ser
ciudades autónomas es singular y eso llama la atención.
Luego siempre te encuentras con gente que piensa que Ceuta y
Melilla están pegadas cuando la distancia es importante.
Durante los últimos años y por los viajes que he realizado
siempre me he encontrado con los mismos tópicos. Yo por mi
parte he intentado explicarles que esta es una ciudad como
otra cualquiera. La convivencia existe y cualquiera puede
hacer vida normal como en la península.
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La actuación de Vallejos suscitó el “orgullo caballa”
de la delegación ceutí desplazada
La participación de este
estudiante del Camoens puede calificarse como de
prácticamente perfecta. Mariano Vallejos no contabilizó
fallo alguno en ninguna de las dos fases previas a la
finalísima, siendo el único en acumular tal puntuación.
Desde el otro lado, el director del IES Camoens, Cristóbal
Guzmán, y los familiares vivieron con intensidad la
actuación del joven ceutí. Según el director el punto clave
del concurso estuvo en la última eliminatoria donde Vallejos
fue el único que no disputó la ronda de desempate. “Estuvo
media hora esperando rival”, espetó. Algo que pudo
desconcentrarle. Dada la brillante actuación de este joven
bachiller, su director confesó: “Me veía en Méjico
compitiendo con los representantes hispanoamericanos”. Ese
nerviosismo ante el que se siente ganador pudo haber hecho
presencia. En la final ‘hollar’ y ‘mejunje’ determinaron el
ganador en favor del estudiante sevillano. El fallo de
Vallejos provocó un intensó ‘oohhh’ del público. Mientras,
la delegación ceutí sintió “orgullo caballa” ante su
actuación, según Guzmán.
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