He dicho, en muchísimas ocasiones,
que lo mío no es escribir ni, por supuesto, opinar de
fútbol, que para eso hay compañeros que están especializado
en el asunto. La sabia de mí abuela siempre me decía: “no te
metas donde nadie te llama”. Claro que viendo que todo el
mundo, incluidos los que sin el menor conocimiento escriben
y opinan del deporte rey, sin ni tan siquiera haber jugado
al fútbol en el patio del colegio, he decidido dar mi
particular y personal opinión, teniendo en cuenta que he
practicado ese maravilloso deporte.
Para mi, opinar de este deporte, lo hago desde el
conocimiento que da el estar sobre un terreno de juego y en
el banquillo de la soledad donde se sientan los
entrenadores. Como jugador no fui nada del otro mundo, las
cosas como son, y como entrenador, la única vez que dirigí a
un equipo, El Diamante, le hice campeón de regional. O sea
que tengo alguna idea que me permite poder opinar del
deporte rey, sin caer en la ridiculez de que esta opinión,
sea una “Chapuza a domicilio de Pepe Gotera y Otilio”.
Cuando leí la crónica realizada sobre el encuentro entre el
Madrid y la Juve, por el señor Orfeo, entendí perfectamente
al darle la clasificación de un dos a la eterna promesa del
Madrid, Guti, que una de dos o no había visto el encuentro o
si lo había visto estaba en los brazos de “Morfeo” .
Guti dio, en noventa minutos, un solo pase. El primer gol
viene de una perdida de balón de Guti, que vio como el
contrario se marchaba y como es habitual en él, le dijo
adiós y que te frene otro. La eterna promesa, no hace un
relevo ni aunque se lo mande el médico, con lo cual deja a
su lateral más vendido que un kilo de carne de ternera a
medio euro. La forma de jugar del Madrid necesita,
imperiosamente, que los hombres del centro del campo,
encargados de alimentar a los dos delanteros, lo hagan a la
mayor rapidez posible, cosa poco menos que imposible,
mientras Guti da la vueltecita sobre si mismo o echa el
balón hacia atrás Y si con todo ese bagaje, por no seguir,
le clasifica con un dos, me reafirmo en lo dicho o no había
visto el encuentro o estaba en los brazos de Morfeo.
Nadie le discute, porque eso es indiscutible, la gran clase
que tiene Guti, pero que no le vale para nada, al no ponerla
al servicio del equipo y parecerse en su fútbol al Guadiana,
ahora aparezco, ahora desaparezco. Y lo más gracioso de
todos su defensores, es cuando dicen siempre lo mismos. Que
no juega “se nota que no ha jugado Guti. Que juega y falla
más que una escopeta de caña “es que hoy no tiene su día”.
Dejemos a la eterna joven promesa del Madrid, más de treinta
avalan esa joven promesa, y vayamos a juzgar a la AD Ceuta,
en su último encuentro frente a la Balona.
Viendo jugar a mi equipo, al equipo ceutí, me entraron ganas
de llorar al ver el ridículo que estaba haciendo frente al
colista de la tabla que aún no sabe lo que es ganar. Mi
pregunta es ¿a qué juega la AD Ceuta?. Y mi repuesta, no
juega a nada, pero sé quien tiene toda la culpa del
desastre, José Antonio Muñoz que lleva tres años alejado del
equipo. ¿Por qué no te callas, “chapuzas a domicilio”?
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