Un grupo de unos 150 inmigrantes subsaharianos intentaron
ayer en dos ocasiones entrar a la carrera y “por la fuerza”
a Melilla a través del puesto fronterizo de Beni-Enzar,
aunque ninguno de ellos consiguió su propósito tras ser
repelidos por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
y la policía marroquí.
Según explicó el delegado del Gobierno, Gregorio Escobar, la
avalancha de ayer comenzó en torno a las 5,00 horas, cuando
unos 150 inmigrantes intentaron entrar “de forma masiva” a
Melilla tras superar el control marroquí, aunque agentes de
la Policía Nacional consiguieron repeler la avalancha
cerrando la verja de la frontera de España.
Tras esta primera tentativa, la policía marroquí procedió a
la disolución y detención del grupo de subsaharianos, por lo
que unos 90 inmigrantes desistieron de su intento, si bien
el resto, unos 60, volvieron a protagonizar una avalancha “a
la desesperada” y armados de piedras y palos “para conseguir
su objetivo”.
Esto provocó daños en los vehículos que se encontraban en la
zona y obligó a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado a utilizar material antidisturbios y gases
lacrimógenos, lo que impidió que ningún subsahariano entrara
en Melilla. En este segundo intento de entrada masiva, dos
agentes de la Guardia Civil resultaron contusionados,
mientras que otros seis y un agente de la Policía Nacional
se vieron afectados por la utilización de los gases
lacrimógenos. Según el delegado del Gobierno, todos ellos se
encuentran en buen estado y no han causado baja, por lo que
continuaron prestando servicio “con total normalidad”.
Además, también hubo siete policías marroquíes y 14
inmigrantes heridos, según fuentes oficiales del país
vecino. Tras estas dos avalanchas, el tráfico de personas y
vehículos fue restablecido.
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