Y no es que sea, totalmente,
obligatorio ganar al último antes que al primero, es que
este Ceuta que, hasta ahora, dirige Benigno Sánchez, no ha
ganado al primero, tampoco al segundo, y con el último,
menos mal, a que se empató.
De los años que el equipo lleva en la 2ª B, es el momento
más bajo, en cuanto a imagen y en cuanto a resultados. Eso
nadie lo discute.
Ahora mismo, el Ceuta está perdido en el terreno de juego,
pero, también, bastante perdido en lo deportivo, fuera del
propio terreno de juego, y eso es, más que complicado,
peligroso.
Oír decir a un entrenador que con el director deportivo, en
lo personal se llevan, pero en lo deportivo están alejados,
debiera haber implicado que, automáticamente, hubiera habido
algo más que esas manifestaciones, que han envenenado más el
ambiente, porque aquí, parece que, cada uno va haciendo la
guerra por su lado, cada uno trata de salvar su cabeza, o su
contrato, y del equipo que se ocupen los demás. Todo lo que
no sea remar en la misma dirección es estar acuchillando al
equipo, desde dentro.
Lo de Cádiz, en su día, fue un mazazo, lo del Ejido, doble
mazazo, lo de Jaén, aquí, una vergüenza y lo de La Línea de
la Concepción todas esas cosas juntas y, además, revueltas.
A lo largo de los muchos años que llevo en Ceuta el primer
equipo de la Ciudad ha pasado por diversas situaciones, pero
nunca tuvo un apoyo económico como ahora mismo tiene, y mira
por donde, como parece que ha llegado el “maná” y que las
arcas no se van a agotar, se está jugando, se está haciendo
un equipo que no dice nada y lo peor de todo es que, ahora
mismo, más de uno pensamos que, también este año, se ha
tirado el dinero.
Repito que, perder se puede perder, pero de otra forma. Se
puede fracasar en un jugador, o en dos, pero que no den la
talla el 50% de los fichajes, como está pasando, es porque o
no se fichó bien, o porque los jugadores no están
identificados con lo que les rodea.
Y como estamos cerca de las navidades, me suena a villancico
eso de que “estamos unidos”, esto es una piña, y luego, como
de rebote, el propio entrenador ve que el equipo está
descompensado, porque es así o para salvar su cabeza. ¿No
vio esto desde el primer día?. Me parece que aquí el doble
juego de palabras no vale, por lo que si no hay una
plantilla a tono con lo que se ha programado, se dice, y si
hay una plantilla válida, para estar arriba y no se está que
se diga por qué, si es porque no se entregan, si es porque
no se planteó bien la temporada, o si es porque para alguno
de los jugadores el entrenador sobra. Se dice y así es
mejor.
A mí, ni el entrenador, ni el portero, ni el delantero
centro o cualquier otro jugador me parece bien, mal o lo
contrario. Yo, a lo sumo, diré si me gustó el partido, si se
jugó bien, mal o regular y si todos se han entregado desde
el principio al final, pero lo que no voy a silenciar es esa
descoordinación que hay y que ha dado con unas jornadas de
auténtica pena, en un equipo que parecía que se iba a comer
el mundo.
Y es que del comienzo, cuando fueron líderes, a la 6ª
jornada se ha pasado de sacar pecho todo el mundo, a
guardarse o resguardarse y no asomarse a la puerta de la
madriguera.
¿Cuánto ha costado el equipo de este año?. Hay que decir lo
que costó y se verá si es un precio a tono con lo que están
rindiendo.
Todo lo demás me da igual, pero la “tomadura de pelo” no va
a tono con lo que se esperaba, de verdad.
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