Aunque les cueste trabajo creerlo,
hay fines de semanas que son, realmente, estúpidos por la
cantidad de estupideces que tiene usted que escuchar si se
dedica, no teniendo nada mejor que hacer, durante algunas
hora, a estar pendiente de la caja tonta. Vaya fin de semana
que me he raspado.
La primera noticia llega a emocionarme, se trata de que
quieren subirnos el recibo de la luz en un treinta y un por
ciento. No me negarán que la cosa no tiene su gracia. Vamos
que resulta una jartá de gracioso lo de la subida. Menos mal
que el presidente del Gobierno ha dicho, con claridad
meridiana, que naranja de la china.
Que digo yo, en el supuesto de qué se pueda decir algo sin
que le tachen a uno de no sé que cosas, que el asunto de la
subida ya tuvo su efecto, basándose en el precio del
petróleo. Y ahora que el petróleo ha experimento una buena
bajada, lo que debería de hacer, por toda lógica, es bajar
el recibo de la luz. Pues nada, que para eso somos unos
graciosos, baja el petróleo y subimos la luz. ¡Ele el arte
que no se puede aguanta!. Primera estupidez, que me
encuentro.
Y como se dice cuando se cantan sevillanas,¡vamos por la
segunda!. Y esta segunda alcanza un mayor grado de
estupidez, por venir de quien viene. Nada más y nada menos
que de ese señor, creo que es profesor de la Universidad de
periodismos en Cataluña, So Pena, que cuando habla se siente
cátedra y que nadie le discuta nada, que es le que más sabe
del mundo mundial.
Se habla en la tertulia organizada por “La Noria”, de la
delincuencia juvenil y cada uno de los tertulianos como es
preceptivo da su opinión. Hay quien cree que parte de la
culpa la tienen los propios padres. Otros que la sociedad,
Asunto, este de la sociedad culpable de todo, que está ya
demasiado manido. Más manido que el uso de la palabra
racistas, que de tanto ser usadas por las más racistas, ha
llegado a que se tome a broma.
En fin que cada uno de los contertulios dan su opinión, a su
mejor saber y entender el problema. Hasta aquí todo
perfecto, sino fuese por la intervención del señor So Pena,
ese que sabe de todo más que nadie, que usa la Biblia para
poner un ejemplo de la delincuencia juvenil. Nos habla de
que Adán y Eva eran dos. Aleluya ha descubierto al decir
que, Adán y Eva eran dos, la sopa de ajos!. Aplauso y
saludos desde el tercio.
Ahí no queda la cosa, en un alarde de facultades, nos habla
que cuando llegan Caín y Abel ya eran cuatro. ¡Dios, cuida
esa maravillosa inteligencia, futuro premio Nobel de
Matemáticas!. Es, sin duda alguna, un cerebro privilegiado,
como hay pocos en este fermoso país, aún llamado España.
No puedo escuchar el final de su maravillosa y nunca bien
ponderada opinión, porque el resto de los contertulios no le
dejan terminar. Igual iba a decir que con la llegada de Noe
ya eran cinco. ¿Dios, por qué no le dejaron terminar?
Y por si fuese poco, después de aguantar todas estas
estupideces, llega el domingo, me voy a la tele a ver al
Ceuta contra la Balona que no le ha ganado a nadie, y el
Ceuta nada más que consigue un empate. ¡Que fin de semana
más estúpido!
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