El último temporal de Levante batió parte de la tierra del
vertedero de Santa Catalina. La zona experimenta un proceso
de eutrofización: las algas proliferan por el aumento de
materia orgánica disponible y producen un descenso de
oxígeno en el que no pueden vivir más que erizos. Septem
Nostra señaló también que el emisario de aguas fecales al
mar posee filtraciones que contribuyen al proceso.
La tierra ennegrecida del vertedero de Santa Catalina está
impregnada de la descomposición de materia orgánica vertida
allí durante más de 50 años. Ya en el temporal de 2005 el
fuerte oleaje sobrepasó el muro que aisla el basurero del
mar arrastrando parte de la tierra y los desperdicios al
mar. En el pasado temporal de Levante, que produjo varios
desperfectos por el viento a la ciudad, volvió a suceder
como informó Septem Nostra.
La acumulación de materia orgánica al mar puede desencadenar
un proceso que se conoce como eutrofización. La cantidad de
alimento disponible dispara el número de algas
microscópicas. Parece contradictorio que el aumento de estos
organismos pueda resultar letal para la vida marina. La
primera consecuencia es la acumulación de las algas en la
superficie, que limita la luz que llega al fondo marino.
Esto impide que los organismos del fondo realicen la
fotosíntesis mientras aumenta la actividad de los
descomponedores de materia orgánica gracias a la abundancia
de nutrientes. El resultado es que las aguas se tiñen de
verde y se produce la ausencia de oxígeno en el fondo con lo
que se erradica la vida marina.
La materia orgánica abunda en los aledaños al muro de Santa
Catalina por las filtraciones que se producen del vertedero.
“Que el mar se haya llevado parte de la tierra y la basura
seguro que agrava el proceso, Santa Catalina era un
vertedero donde se desechaba de todo durante 50 años y hay
materia orgánica que se ha descompuesto. Se puede ver que en
la zona donde el mar ha arrastrado sólo queda vidrio que no
es biodegradable”, explicó ayer el presidente de Septem
Nostra, José Manuel Pérez Rivera.
Además la gran salida del saneamiento al mar se produce en
la zona mediante un emisario que se adentra en el agua para
poder descargar la materia lejos de la costa. “Ese emisario
tiene filtraciones que se producen también cerca de Santa
Catalina con lo que se contribuye más a la proliferación de
las algas”, indicó Pérez Rivera.
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