Como tantas otras patologías, la hiperactividad, un
trastorno de conducta de origen neurológico que afecta a
entre un 3% y un 5% de la población infantil, tiene una base
biológica. Esto es, se nace con ella o con parte de ella,
pero puede tratarse. Eso es lo que hace, con un programa
pionero, la psicóloga Mari Carmen Narbona.
La psicóloga Mari Carmen Narbona ha puesto en marcha en la
ciudad autónoma [c/ González Besada, 1] un programa pionero
dirigido a niños y niñas de 5 a 12 años de edad “que
presentan dificultades atencionales, hiperactividad e
impulsividad”.
“La hiperactividad”, explicó ayer la psicóloga, “está
constituida por un conjunto de comportamientos
caracterizados por la inquietud motora y la falta de
atención y que se hace especialmente patente en las
distintas situaciones escolares”.
“La consecuencia observable en el aprendizaje escolar del
comportamiento hiperactivo del alumno es la escasa y
dispersa atención que presta en clase, el cambio continuo y
frecuente de tarea, la actividad motora permanente,
incontrolada y sin finalidad o propósito específico, el
desorden y el descuido en sus materiales de trabajo, la
desobediencia, dificultad para esperar su turno, para seguir
instrucciones”, apuntó Narbona, que desarrolla un programa
con talleres de entre cuatro y cinco niños “con
características, edad y problemática similar” de 90 minutos
de duración semanales.
“Perseguimos aumentar las conductas de atención y disminuir
la frecuencia de las que constituyen un problema para, entre
otras cosas, mejorar el rendimiento escolar de los niños con
técnicas psicológicas cognitivo-conductuales”, apuntó la
psicóloga sobre una patología que afecta más a los niños que
a las niñas.
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