Con las lágrimas en el risco de los párpados de la
presidenta de la Fundación Miguel Gil Moreno, Patrocinio
Macián, pero también en los del presidente Vivas y su
consejera de Educación, Mabel Deu, Ceuta rindió ayer su
particular homenaje al periodismo humanitario y comprometido
que encarnó como pocos el corresponsal de guerra catalán
asesinado en Sierra Leona hace 18 años.
Aunque la realidad se empeñe en llevarle la contraria a
Kapuscinski, autor cumbre del periodismo del siglo XX que
legó al mundo, entre muchos otros, un librillo titulado Los
cínicos no sirven para este oficio, la Ciudad Autónoma de
Ceuta rindió ayer un homenaje sentido y sincero a quienes
ponen sus ojos y sus palabras al servicio de quienes ni se
ven ni pueden hablar en la persona del periodista Miguel Gil
(Barcelona, 1967; Sierra Leona, 2000) y de la fundación que
lleva su nombre, dedicada a prolongar y extender su
compromiso con la convivencia, la solidaridad, la justicia y
la igualdad en todo el mundo a través del décimo Premio
Convivencia que concede.
Ante un Salón de Actos de la Asamblea repleto de autoridades
y representantes de todos los sectores y estamentos de la
ciudad el presidente ceutí y su consejera de Educación,
Mabel Deu, presidenta de la fundación que otorga el galardón
y los 50.000 euros que lleva a aparejados, dedicaron sus
elogios más encendidos a la memoria del abogado que un día
decidió hacerse periodista y recorrer los rincones más
calientes del mundo (Bosnia, Kosovo, Congo, Liberia, Ruanda,
Sudán, Chechenia y Sierra Leona...) para mostrar a la
comunidad internacional sus vergüenzas.
Cuando llevaba una década entregado al noble oficio de poner
cara y voz al sufrimiento cotidiano de la guerra, una
emboscada guerrillera le segó la vida en África, el
continente al que entregó la mitad de su trayectoria
profesional.
En sendos discursos emocionados, Vivas y Deu alabaron los
principios vitales de este Don Quijote del siglo XX que hizo
de contar las historias que a los poderosos no les gusta oír
“una forma de vida”. “Miguel Gil fue la voz clamante de los
que no podían hablar ni gritar, extendió la cultura de la
convivencia y del amor al diferente frente a la cultura del
recelo y ahora la Fundación que lleva su nombre,
representada aquí por su madre, Patrocinio Macián, y sus
hermanos Patricia y Álvaro, sigue desempeñando esa tarea”,
dijo la consejera de Educación, Cultura y Mujer sobre el
ganador de un premio que este año reservó también una
mención especial para la Plataforma de Mujeres Artistas
contra la Violencia Doméstica.
Tras ella, Vivas pronunció un discurso radicalmente distinto
al que le obliga a repetir la rutina y glosó los méritos del
periodismo de verdad, el que no es “ni ocioso ni estéril”
sino que sirve “para pellizcar nuestra conciencia y para
movilizar a los que tienen la capacidad de hacer algo para
paliar las injusticias”.
“El Premio Convivencia lo han recibido personas como el ex
presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, por su contribución
a restablecer la concordia en democracia entre los
españoles; otros por su dedicación a buscar un mundo más
justo, más igualitario y mejor repartido; algunos por la
forma en que han sufrido la crueldad y la intransigencia del
terrorismo y otros, como Daniel Barenboim [ganador el año
pasado] por poner a disposición de la convivencia su
brillantez”, repasó el presidente, que advirtió a los
presentes de que “para convivir hay que querer hacerlo” y
subrayó que dado que “no hay nadie superior a nadie” merece
la pena “el esfuerzo dedicado a conseguir que los sueños de
hoy sean realidades mañana”, invitación que enlazó con la
reciente elección de Barak Obama, un negro, cuarenta años
después de que Martin Luther King soñase con un mundo sin
disquisiciones raciales, todo un “llamamiento a la
esperanza”, dijo.
A su lado, soberbia en las formas y en el fondo, conteniendo
la emoción, Patrocinio Macián, madre del héroe, cerró el
evento subrayando la importancia del trabajo de los
corresponsales de guerra que, como su hijo, nos permiten
descubrir el peor lado del mundo “y mejorar la vidad de
quienes viven allí instando a hacerlo a la comunidad
internacional con su trabajo”.
La presidenta de la Fundación Miguel Gil Moreno, constituida
hace seis años, repasó brevemente el trabajo que desarrolla,
por un lado, en pro de la defensa y formación de los
periodistas especializados en conflictos bélicos y, por
otro, en apoyo de diferentes proyectos humanitarios en
África, a cuyo buen término contribuirá la aportación
económica del premio ceutí.
“Es muy esperanzado conocer una sociedad como la ceutí,
donde culturas tan diferentes conviven como lo hacen aquí;
os llevo en el corazón”, regaló a los presentes para
terminar.
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