Suelo comentar, con mis compañeros
de tertulia, las noticias que suelen salir en los
telediarios de las diferentes cadenas televisivas. Algunas
son predecesoras de fuertes debates entre los contertulios
porque cada uno tiene una interpretación diferente de lo que
ven y oyen; algunos defienden tal o cual postura; otros
mantienen una tenaz defensa de lo que dicen haber oido…
De todo hay en éste país condenado a no entenderse nunca y,
sin ser necesario, zanjamos el tema enfadados. Algunos de
los contertulios, que otrora eran asiduos, ya no van. Son
los más tercos y los que nunca dan su brazo a torcer aunque
no tenga en absoluto ninguna razón.
Pero la verdad es que sobran contertulios.
Viendo las noticias de los telediarios, suelo mirar varios
siempre que sean a distinto horario, incluidos algunos pases
de partidos de fútbol y cada vez más la rabia mezcla la
bilis en mi estómago.
¿Por qué rabia?, porque la nueva tecnología de la
televisión, la TFT, es una auténtica mierda. Sí, he dicho
mierda, porque cada vez que una pequeña nubecilla cruza el
espacio aéreo encima de mi casa produce cortes en la emisión
que deja alelado a más de uno.
Estoy hasta los cojones de notar los fallos de la emisión
de, pongamos, un partido de fútbol. Una escena en la que se
ve a un defensa despejando el balón; éste queda colgado en
el aire totalmente inmovilizado (congelación de emisión) y
la siguiente escena presenta al portero contrario sacándolo
de dentro de la red… ni he visto la jugada ni he visto cómo
se marcaba el gol.
Estas congelaciones de imágenes ocurren con demasiada
frecuencia en las nuevas emisiones en TFT, con lo que más de
uno agarra un ataque de nervios que le lleva a exclamar
paridas memorables contra ello.
No digamos cuando hay tormentas… el letrerito blanco y
bailante en la negra pantalla “No hay señal” cabrea
bastante.
A este paso prefiero las emisiones de señales analógicas que
siguen siendo perfectas y, a pesar de que las imágenes TFT
son más nítidas, al menos no te dejan colgado el balón en el
aire ni te cortan una escena de película interesante.
Por lo que se hace necesario que gritemos a los mandamases
de emisiones televisivas que mejoren las mismas al cien por
cien o que nos devuelva las emisiones analógicas, más una
familia lo agradecerá en estos tiempos de crisis al no poder
comprar un televisor TFT.
Pensar que a partir de cierta fecha cercana dejaran de
emitir en analógico…
Pasemos ahora a escribir sobre el ladrillo. Como saben, se
está celebrando en Barcelona el “Meetign Point” donde la
euforia de pasadas ediciones ha dado paso a mensajes
institucionales de apoyo encabezadas por la Ministra de la
Vivienda, Beatriz Corredor, con el animoso lema “Entre todos
podemos dar un impulso al sector”
Una muestra totalmente desangelada en la que destacan los
stands “oficialistas” del Ministerio de la Vivienda, como el
Sepes; de la Generalitat, como el Incasòl o Adigsa; y un
gran número de gobiernos autonómicos o de entidades
estatales de países que intentan captar inversiones.
Lo más claro del declive económico de las inmobiliarias está
patente en la superficie dedicada al evento: de dos
pabellones se ha pasado a uno. A pesar de que el presidente
del Comité Organizador, Enrique Lacalle, destaque que parece
que la crisis no existe… la verdad es que sí existe y se
nota en la amplitud de los pasillos que ocupan mucho más
espacios que los propios stands.
Personalmente veo muy crudo el tema de la vivienda. Entre
impuestos, notarios, registros, tasadores, comisiones de
apertura, comisiones de estudios, comisiones por cheques,
gestoría… ¡Cuánto vividor chupando del bote! Aunque consigas
encontrar una vivienda a buen precio, toda la panda de
chupópteros, empezando por el mismo Gobierno con sus
impuestos y el banco con las comisiones, te arruinan el
plan.
Por cierto, ¿dónde ha dicho el consejero de Hacienda y
presidente de Emvicesa, Francisco Márquez, que se ha reunido
en Barcelona? ¿Dónde ha incluido varios puntos con el
beneplácito del Ministerio?... ¡humm!
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