El odio y el rencor sólo anidan en
los cerebros y los corazones de todos aquellos inútiles, a
los que la tómbola de la vida, por esa suerte que nadie
entiende, les otorgo la gorra y el pito con mando.
Peligrosos son pues todos aquellos personajillos,
anteriormente citados, que para desgracias de los pueblos
han alcanzado puestos que ni a soñar que se echaran iban a
conseguir en sus vidas. Por eso aquí, mejor que nunca,
cabría la frase aquella que dice: “ni ellos han podido
llegar a más, ni esos pueblos han podido llegar a menos”.
Todos ellos auténticos dictadorcillos de pacotilla, quieren
imponer a los demás sus ideas aunque estas sean desastrosas.
Y pobre de aquel que se niegue a cumplir sus deseos. No voy
a decir que, sobre todos ellos, caerán todas las penas del
infierno, quemándose en las calderas de aquel lugar por los
siglos de los siglos. Y no lo voy a decir, sencillamente,
porque, según los entendido, el infierno no existe. Manda…la
cosa
Pero si no van a recaer todas las penas del infierno, si van
a caer sobre ellos, toda la ira, el odio y el rencor, de
todos esos inútiles que nunca fueron nada y que, por esa
tómbola de la vida, tienen la gorra y el pito con mando. Y
eso es mucho más peligros que le caigan todas las penas del
infierno.
Así son las cosas en la mayoría de los pueblos de España
donde desde que llegó la democracia, todos estos
personajillos del tres al cuarto, politiquillos de medio
pelo, se subieron al carro del poder y consiguieron mando.
Ya lo decía la sabia de mi abuela: “ni pida a quien pidió,
ni sirva a quien sirvió”. ¡Que gran sabiduría la de mi
viejecita adorada y jamás olvidada, porque siempre la llevo
en mi pensamiento!.
Nunca podré olvidar todo lo que me enseñó, incluidas sus
frases sobre determinados asuntos porque con el paso del
tiempo, cuando ya tengo los años más que suficientes, me han
venido a demostrar, que todos sus consejos y todas sus
frases se ajustan, perfectamente, a la realidad de la vida.
Sus consejos y sus frases, son verdades como puños.
Cada día, cuando observo a las personas y sus actuaciones,
me acuerdo más de mi viejecita y de todas sus enseñanzas.
Veo pasar la vida y, con ella las actuaciones de todos esos
inútiles, personajillos del tres la cuarto, politiquillos de
medio pelo, dictadorcillos de pacotillas, y no puedo
aguantar de sonreír, al comprobar la cantidad de analfabetos
que, gracias a la llegada de la democracia, se subieron al
carro del poder e intenta, por todos los medios a su
alcance, hacer su santa voluntad, aunque esa voluntad no
tenga el menor sentido de realidad.
Eso de tener que hacer su santa voluntad, no es más que una
prueba de su inutilidad que trata de ocultar, bajo el ordeno
y mando. Y pobre de aquel que se niegue a ello.
Son lobos con piel de cordero, encantadores de pobres tontos
e inocentes, a los que prometen cosas que nunca cumplirán.
Ahí es donde están sus “trucos” para engañar a los pobres
ilusos que cumplen eso que dice:” no hay más ciego que el
que no quiere ver”.
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