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Es probablemente una buena noticia
para los que, hipotecados, se encuentren en situación de
complicación severa como consecuencia de la crisis que nos
ha sobrevenido y que ha afectado a amplios sectores de la
sociedad, en mucha mayor medida a los más desfavorecidos, a
las familias medias y, en general a los ciudadanos no
agraciados con convenios colectivos de cierta decencia.
Si el Gobierno de la nación ha anunciado, lo hizo Zapatero
el lunes, medidas paliativas por la situación coyuntural de
crisis, el Ejecutivo facilitará una moratoria temporal de
dos años (desde enero de 2009 a diciembre de 2010) para el
pago del 50% de las cuotas hipotecarias, medida dirigida
para aquellos que pierdan su puesto de trabajo antes de
enero de 2010, para los autónomos inactivos y para los
pensionistas de viudedad con cargas familiares, el Gobierno
de la Ciudad Autónoma no se ha quedado atrás y anuncia que
estaba estudiando y analizando medidas a adoptar en breve
para un ámbito local que beneficie a los ceutíes que se
encuentren gravemente afectados por este mal llamado crisis
y que provoca básicamente destrucción de empleo.
En este sentido, el Gobierno de Vivas planteará medidas para
todos aquellos que, beneficiados (o perjudicados, según se
mire) por hipotecas en el ámbito bien de la propia Ciudad o
bien de Emvicesa, tengan problemas como consecuencia de
encontrarse en situación de necesidad generada por la
coyuntura actual de crisis y recesión.
En cualquier caso, son medidas tan coyunturales como lo es
esta maldita crisis que asola todos los rincones del país,
pero iniciativas que al fin y al cabo liberarán de la carga
hipotecaria (contraída con la administración local) a los
ceutíes desempleados o en situación de clara complicación de
subsistencia.
El consejero de Hacienda ha reconocido como una idea en
análisis que se estaba gestando desde hace varias semanas y
que verá la luz una vez estudiados todos sus puntos. Se
trata de una iniciativa del gobierno local para beneficiar a
sus ciudadanos que, por cierto, agradecerán este esfuerzo.
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OPINIÓN / EDITORIAL
