La Ciudad pretende ganar dos batallas con la medida. En
primer lugar, dinamizar la economía y, en segundo, recuperar
el arraigo de quienes no pueden regresar a su ciudad de
origen a causa del coste del trayecto en barco.
Se ha bromeado con que venir a Ceuta le cuesta a una familia
casi tan caro como viajar al Caribe y que el precio de una
familia, según el número de viajeros, puede tasarse en 600
euros ida y vuelta si se incluye el vehículo. Ahora, el
ahorro económico permitirá a la ciudad contar con una
población flotante mayor a la actual en fechas señaladas del
año. Con estos viajes, se estima que el familiar, ceutí de
origen o ex residente se acerque a Ceuta y permanezca en la
ciudad durante unos días, con lo que el dinero que se
quedará en los comercios ceutíes aumentará. Uno de los
principios de esta administración es la de ser garante en el
incremento de la calidad de vida de sus ciudadanos. Y en eso
están.
Pero no solamente se pretende beneficiar a los comercios,
sino a las propias personas que se van a ver involucradas en
este asunto. Los socios de las casas regionales de Ceuta lo
celebrarán de una manera especial y se espera que para ellos
se pueda agilizar la tramitación de los documentos para
obtener los descuentos en los barcos. Pero también podrán
volver a Ceuta por un precio más asequible personas que
desde hace mucho tiempo no pisan la ciudad y que han nacido
aquí o que han estado empadronados en una etapa de su vida.
Queda en mano de los comercios aumentar el horario de
apertura de los establecimientos los sábado e incluso
domingos, para que ese turista vinculado con Ceuta pueda
satisfacer sus necesidades de consumo.
Una vez se cierre el acuerdo, a lo largo de este mes, la
Ciudad trabajará para comentar de qué manera se pueden
obtener los documentos para demostrar estos lazos de unión y
cuáles serán los rasgos de consanguineidad que se
beneficiarán.
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