La tertulia de hoy ha venido algo
cargada de aromas desagradables provenientes de las cloacas
allende las aceras, Cloacas que habían estado a punto de
reventar a causa de las torrenteras que surcaron los canales
de desagüe durante estos días pasados. Lo que no entendemos
es que después de pasar ríos de aguas de lluvia no se
hubieran llevado consigo toda la pestilencia residente por
derecho propio en los túneles.
Hablando de pestilencias. Surge entre los contertulios un
debate a causa de la metedura de pata de un fiscal riojano
durante su cometido profesional.
Cuando un fiscal exclama que se abran las ventanas porque la
negra huele mal, refiriéndose a una mujer nigeriana que iba
a ser juzgada por un asunto de violencia familiar y que
estuvo encerrada en el calabozo dos días sin poder asearse,
lo que ha hecho es sentar un prejuicio en el caso que se
solventaría en ese instante.
No salgo en defensa del fiscal, por supuesto, si no que
quiero decir que se podía montar un escándalo por esa
directa exclamación, no ya por llamar negra a una mujer
negra si no por la vergüenza que debería caer encima nuestra
Justicia por permitir que aún hoy en día sigan existiendo
calabozos de tiempos del conde de Montecristo –que se fugó
oliendo a mierda y disparando el tufo a 100 kilómetros a la
redonda- y ello me hace preguntarle, retóricamente por
supuesto, ¿por qué en los calabozos no hay aseos? ¿No podían
permitir que se aseara el presunto culpable antes de
llevarlo por las calles hasta el palacio de Justicia o como
se llame el juzgado? ¿Los policías que conducen a los presos
apestosos van con máscaras antigases? Ya me dirán Vds., por
lo que es el fiscal…
Con el juego inventado por no se quién de lo “políticamente
correcto”, ya estoy más que harto de tantas gilipolleces con
el idioma que me están montando un lío en las células
grises. Viene esto a cuento por cuanto llamar negro a un
negro es racismo y llamar blanco a un blanco no lo sea, en
el supuesto de que el fiscal exclamara “abrid las ventanas
porque el blanco huele mal”.
No se porqué estamos ahora liándonos la manta en la cabeza
con el diccionario. Un gordo lo es porque es gordo, no tiene
porqué conceptuarlo como que es un hombre que parece que
tenga sobrepeso. Es gordo y punto.
Ya está bien de cachondeo con el juego de las palabras y
definiciones que no encajan en ningún sitio. Llamar gay al
homosexual, por no llamarlo como se debería llamar
efectivamente, es un anglicismo que solo sirve para ahorrar
palabras. Llamar subsaharianos a los negros ya son ganas de
complicar el catálogo étnico… con llamarlos africanos ya
vamos pintados. Aunque más de un subsahariano es blanco,
sólo utilizan la palabra para designar a los negros. ¿Los
negros cubanos o dominicanos son subsaharianos?... ahí está
el quid, mientras no se conozca la nacionalidad tenemos que
atenernos a la palabra: negro, cuando sea una persona de
éste color –dejadme tranquilo con el sexismo- y moro a
quienes siendo blancos, más o menos, provienen tanto de
África como de Asia, mientras no tengan los ojos rasgados (a
éstos los llamamos chinos aunque sean coreanos o japoneses).
Pero, una vez conocida la nacionalidad… ¿Por qué no lo
definimos como el nigeriano, el congoleño, el marroquí, el
esquimal, perdón el lapón, o el australopiteco, vuelvo a
pedir perdón el australiano? El único que no tiene problemas
es el chino, cuando es de la China. ¿Recuerdan Vds. lo que
enseñaban en las escuelas de los tiempos del régimen?
Europa, Asia, Äfrica, América y Oceanía… o sea: blancos,
amarillos, negros, cobrizos y… ya no recuerdo de qué color
eran los aceitunados.
¡Ah!, una última pregunta referida a la denominación que los
americanos hacen de los negros ¿Por qué dicen que son de
color? ¿Las demás etnias no tienen color? ¿Llaman a los
chinos y a los indios indígenas también gente de color?
¡Qué lío me he montado yo solito! Esta noche soñaré con el
arco iris.
En una parte de éste artículo pedí que me dejaran tranquilo
con lo del sexismo… simplemente porque si me pongo a
escribir negro y negra, blanco y blanca, amarillo y
amarilla, bombero y bombera… llenaría el espacio que tengo
asignado sin poder meter el artículo mismo. ¿Me comprenden?
Pues así seguiré siempre. Ni se les ocurra decir que soy
machista simplemente porque escribo en masculino. El yin y
el yan lo dejamos para las feministas. No soy Dan Brown.
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