En este zoco de baratijas que se
ha convertido la política, donde el qué me das a cambio de,
las ideas políticas, los pactos y demás cosillas han
desaparecido, para dar paso a la venta y al regateo como
todo zoco que se precie de serlo.
No hay distinción, los trásfugas y los ofrecimientos a
cambio de, están a la orden del día. Cosa normal entre todos
aquellos que carecen de ideas políticas aunque presuman de
ellas, y que han convertidos esas ideas, en la venta de las
mismas al mejor postor.
Puede que a algunos les haya cogido de sorpresa la actuación
de UPN de suspender de militancia a Santiago Carrera como
paso previo a su expulsión y la retirada de la Ejecutiva del
PP, el diputado que votó a favor de la enmienda popular a la
totalidad de los PGE.
Como esto entre dentro de toda normalidad, visto lo que
entienden algunos políticos de lo que son pospactos con
partidos afines a sus ideas, no me ha cogido de sorpresa.
Como tampoco me ha cogido de sorpresa que a pesar de las
amenazas de Rajoy, UPN haya hecho lo que más le convenía
según su criterio.
En fin, queridos míos, como el asunto ni me va, ni me viene,
me da exactamente igual, lo que haga o dejen de hacer los
políticos, se separen o se junten o que cada uno tire por el
lado que más le convenga. Pues allá, cada uno con sus
problemas.
Lo único que saco en claro, de todo esto, es que algunos
políticos están dispuestos a darme la razón de todo cuanto
me da por pensar sobre determinados asuntos de la política.
No sabéis cuanto os agradezco este detalle que, de verdad,
no sé cómo os lo podré pagar.
Y para mi satisfacción, la cosa no queda ahí, para seguir
dándome la razón. Ahora les ha tocado el turno, en eso de
darme la razón, a los caducos y trasnochados nacionalismos
con el asunto del idioma tratando de marginar el castellano
de sus CC. AA, imponiendo ese que dicen que es su idioma y
que el castellano quiere acabar con él.
La cosa es siempre lo mismo, las propuestas de esa defensa y
querer acabar con todo lo que sea el castellano, la llevan
acabo, aquellos que ocupan puestecitos bien renumerados y
que de no defenderlos, ante su clientela, cada vez menor,
este asunto, dejarían sus puestecitos y su buena pasta,
parta tener que irse a currar, cosa a la que no están
acostumbrado, y mucho menos, están acostumbrados a volver a
sus orígenes siendo unos don nadie.
Ahora les ha tocado el turno a los gallegos que uniéndose a
los catalanes, los libros de texto ridiculizan a los que
hablan en castellano.
En ambas comunidades, las eminencias grises que defienden
sus puestecitos y sus buenos sueldos, la utilización del
español está prohibida en todos los ciclos de la enseñanza.
Y la mejor manera de ir contra el castellano es
ridiculizarlo.
Una editorial, en un alarde de humor, identifican a los
marcianos como hablantes de español. ¡Que gracioso! ¡Ay que
me parto de la risa!. Hablo español, no soy marciano y, por
supuesto, no creo en las meigas. Serán atrasados, que a
estas alturas de la vida, siguen creyendo en las meigas.
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