Brujas, gatos negros, historias escalofriantes y, sin
faltar, calabazas de diseño. Estos y otros detalles fueron
los encargados de avisar que se aproximaba la noche de
Halloween.
Una fiesta tradicionalmente estadounidense, pero que cada
año adquiere mayor importancia en el resto de países. ¿Pero
realmente en qué consiste esta celebración?. En la noche del
terror los niños se disfrazan y pasean por las calles
pidiendo dulces de puerta en puerta. Después de llamar, los
pequeños pronuncian la frase ‘Truco o trato’. Si los adultos
les dan caramelos o cualquier otro tipo de recompensa, se
interpreta que han aceptado el trato. Si por el contrario se
niegan, los chicos les gastarán una pequeña broma como
arrojar huevos contra la puerta. Pero la realidad es que
este ritual sólo se practica en países como Canadá o Reino
Unido, entonces… ¿Cómo se celebró Halloween en Ceuta? Se
podría decir que a través de la publicidad, el marketing y,
sobretodo, la predisposición de los ceutíes para darle
importancia a esta fiesta.
Los más jóvenes, por ejemplo, no se perdieron esta
celebración, de ahí que varios pubs y restaurantes tales
como La Sala, el Dublín, El Agua y varios establecimientos
del Poblado Marinero conmemorasen a la noche del terror con
el decorado de sus instalaciones e incluso el personal se
disfrazase. Tal fue el caso de La Sala, decorada al más puro
estilo Halloween con sus calabazas, brujas, fantasmas y
velas. A ello se sumó la sorpresa en el concierto de Soul
Mama que incluyó versiones de clásicos funk y soul y
canciones de Michael Jackson específicas para la ocasión de
la noche escalofriante. El Agua Tapas también se unió a esta
fiesta anglosajona y desde las dos de la tarde, los
disfraces fueron los protagonistas.
En las asociaciones, también hubo algún que otro cambio. La
Asociación Ceutí de Familias de Personas Sordas (ACEPAS), de
manera improvisada, llevó a cabo una tarde de actividades,
juegos y dinámicas conmemorando esta festividad americana
con una merienda conjunta de padres y niños que participaron
en un twister gigante, el elástico e incluso se pintaron
máscaras de terror para recrear el ambiente de mito y
leyenda que envuelve a Halloween. Pero sin lugar a dudas,
los que más disfrutaron del día de ayer fueron los alumnos
del colegio Juan Morejón ya que PADECIERON en vivo y en
directo una auténtica mañana de pánico. El salón de actos
del centro se convirtió en una casa del terror típica de
parque temático a la que accedieron desde los más pequeños
de cuatro años hasta el curso de sexto de Primaria. “Me ha
dado mucho miedo. Yo no quiero entrar porque me da susto.
Pero yo sé que son los profesores disfrazados”, comentaban
los pequeños, algunos entusiasmados con el divertido día de
colegio y otros con un poco de espanto y alguna que otra
lágrima suscitada por la subida de adrenalina. Lo cierto es
que la escenificación fue perfecta con la recreción de un
cementerio antiguo, un túnel con esqueletos, arañas,
calabazas y los profesores, representando a los típicos
personajes de las casas del terror como los monjes, la niña
del exorcista, los vampiros y fantasmas.
Lo mejor de todo, es que en dos semanas todos los
profesionales del centro, con cariño y entusiasmo,
prepararon la jornada con materiales del colegio y alguna
que otra compra con un presupuesto total de unos 600 euros
aproximadamente. “El año pasado hicimos una cosita así, tuvo
bastante éxito y aceptación, dentro de las actividades
culturales que hace el propio colegio. Y en esta ocasión
hemos tirado hacia lo anglosajón con Halloween que suele
gustar mucho a los niños. No es una tradición nuestra, como
puede ser el Día de la Mochila, pero los pequeños disfrutan,
se disfrazan y todos los profesores, en sus horas libres, le
han dedicado tiempo, ganas y cariño”, explicó Salvador,
profesor y cordinador de la iniciativa del colegio Juan
Morejón.
Lo cierto es que varios colectivos decidieron hacerle un
guiño al truco o trato y las simpáticas calabazas de
Halloween aunque en la ciudad autónoma el hueco preparado
para el Día de la Mochila, a fecha de hoy, es irremplazable
lo que asegura una tradición que perdurará muchos años.
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